miércoles 20 agosto 2025
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La imprescindible labor de la Iglesia en tiempos de crisis

Cuando no cesan las opiniones que, fuera de las procesiones y de los grandes actos religiosos, por supuesto a los que va todo el mundo, atacan a la Iglesia, es quizás oportuno destacar los datos que acaba de facilitar el Secretario General de Cáritas, resumidos en una cifra y una fecha: más de 291 millones de euros invirtió esta institución de la Iglesia durante 2013. 

La cifra es más destacable, porque en general, las aportaciones de las empresas y las administraciones públicas locales y autonómicas han disminuido, a pesar de lo cual se superó en un casi 6 por ciento, la cifra de 2012, atendiéndose por las 70 Cáritas diocesanas españolas, a 2,5 millones de personas en España y a otras tantas en países subdesarrollados. Los recursos para atender a esas personas, procedieron en un 75 por ciento de donativos y un 59 por ciento de pequeñas aportaciones particulares, entre todo lo cual figuran las colectas de las iglesias en las misas, los donativos anónimos y similares.

Refiriéndonos a Antequera, y sin olvidar la labor social del Ayuntamiento, de esas asociaciones radicas en La Trinidad, Capuchinos, ADIPA y otros sumamente importantes, basta acercarse a las parroquias para comprobar las personas que llegan a pedir ayudas a Cáritas, o comprobar en el Comedor “Emaús” las personas que hacen las tres comidas diarias –más de cien— en una labor en que grandes cooperativas, fábricas de productos alimenticios, y pequeños comercios particulares, ofrecen su  generosa colaboración, a pesar de lo cual y de las cuotas de colaboradores fijos, la “central” de “Emaús” se ve obligada a aportar cifras que completen el presupuesto para permitir seguir atendiendo a los más necesitados.

Y es que, aunque la Economía parece mejorar, hay que estar alerta ante una sociedad en la que aumenta la pobreza y la desigualdad. Hay un mundo que está roto, fracturado y que es injusto, porque son millones quienes no tienen acceso a esas mejoras, ni posibilidad de disfrutar de ellas. Y ahí entran nuestras Cáritas parroquiales, o “Emaús”, o las Casas de Acogida y otros.

Pero no sólo es dinero, también hacen falta personas, voluntarios, que ayuden en estas labores, y en ese sentido, solamente Cáritas contó el año pasado con casi 80.000 personas trabajando, sin remuneración, en esta institución de la Iglesia, cantidad en la que se registra también un aumento del 10 por ciento sobre el año pasado y más de un 30 por ciento sobre hace cinco años. Y no sólo atienden en las necesidades físicas o económicas, sino también a muchas personas que sufren en soledad, o padecen enfermedades, ya que la actividad caritativa de la Iglesia, como destaca monseñor Atilano Rodríguez, obispo de Sigüenza-Guadalajara, no debe quedarse en la ayuda material, sino atender también las necesidades morales de esos otros pobres… Lo que ahorran al Estado y a las Comunidades en cuantiosísimo… ¡Y les critican!
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