Las conferencias que promueve el Museo de la Ciudad evidencian de nuevo todo lo que hay por descubrir debajo de las tierras de Antequera. Ante ello, nos preguntamos: ¿ha llegado la hora de promover un plan entre administraciones y empresas privadas para desarrollar un plan arqueológico?
El arquitecto Sebastián del Pino y el arqueólogo Manuel Romero expusieron en el apartado de preguntas, cómo ha evolucionado la arqueología, desde la de “bomberos” cuando una máquina encontraba un resto bajo la tierra y se paraban las obras, a la preventiva, la que estudia antes de cualquier movimiento de obras, lo que puede haber debajo.
Esta evolución nos lleva a volver a plantear la necesidad de priorizar lo que se sabe que hay y qué hacer con lo que puede aparecer.
Pensando espacios que han sido actualidad por diferentes motivos, el más grande sería el de Singilia Barba. No es nuevo, más aún, se conoce desde el siglo XVI, pero no se actúa en ella.
En los terrenos del Cortijo del Castillón, hay evidencias de un municipio romano, con tumbas, foro, incluso un circo y un gran teatro para más de dos mil personas.
¿No ha llegado la hora de recuperar esta ciudad enterrada bajo tierra? ¿Se imaginan su recuperación, su puesta en valor? Sería un punto más de la oferta cultural, donde incluso el teatro podría ser usado como sabemos se hace en otras ciudades que tienen las ruinas puestas a disposición del día a día.
A pesar de ser una de las épocas menos aprovechadas en Antequera, cada vez se evidencian más restos que nos traen la importancia de la Antequera Romana. La última, la necrópolis de Vega Baja. Sólo se conservan once sarcófagos de plomo, algo considerado como extraordinario.
Recordamos la época de las escuelas-taller. ¿No se podrían recuperar para trabajar en Singilia Barba? Usos, ¿se imaginan la escuela de hostelería, el grupo de teatro incluso Dcoop, o excursiones aprovechando el entorno?
Seguimos con el recorrido. El domingo hubo u incendio a pies del emplazamiento conocido como la Carnicería de los Moros, un lugar que suponemos que con poca intervención, podría poner en valor esa, vamos a llamar así, gran piscina que guarda en su interior. Al lado de los Dólmenes, sería un punto más de encuentro, a pie de calle como el que dice.
Junto a ellas, la Villa de la Estación donde se está actuando y las termas de Santa María. Son cuatro buenos ejemplos donde al respaldo de las administraciones, se podría añadir la responsabilidad social corporativa de esas grandes empresas que están llegando a la ciudad.
Una ciudad con monumentos como El Efebo de Antequera, su Venus, Nero Germánico o la tumba de Acilia Plecusa, tendría una gran apuesta en ese programa de actuación en los yacimientos romanos que llevan veinte siglos su puesta en valor.
No es algo nuevo, de hoy ni de hace veinte años, es una espera de siglos que puede completar y mejorar la oferta de la ciudad para tener un presente que mira de una mejor manera del futuro, buscando un mejor día a día de la ciudad en el corazón de Andalucía.
