El otro día leíamos que se iban a cerrar varios «servicios de urgencia» de la capital. Si sumamos esa noticia a la congelación de las pensiones, recortes en sueldos, subidas del IVA y otras, comprobamos con auténtico miedo, que los sueldos, –y lo que es peor, las pensiones– no paran de achicarse, mientras los productos, la luz, el gas, los carburantes, no paran de subir, lo que se traduce en que si antes las cosas iban ajustadas, ahora van peor todavía.
No sabemos quién escoge los «recortes», pero desde luego se está cubriendo de gloria, porque mucho antes que el citado caso de los Centros de Salud, habría que recortar gastos, de los que se nos ocurren, así a bote pronto, los siguientes: número exagerado de políticos; canales de Televisión, que se dedicaron a «colocar» a autores, actores y afines al partido que mandaba, con el resultado de que, por ejemplo Andalucía tiene tres canales, cuya audiencia real nos gustaría conocer. Vale que haya un canal bueno, pero hay que cortar ese dispendio de tantos canales, como evitar que teniendo sus equipos completísimos y modernísimos, los programas los compren a productoras que muchas veces trabajan con los medios de cada Televisión.
Hay que reajustar sueldos. Hay empleados que ganan mucho más que el alcalde. Esos sueldos se fijarían en razón a la importancia del cargo, pero… en tiempos de bonanza. Si los concejales, los parlamentarios «se bajan» sus sueldos, si se renuncia a la paga de Navidad, habría que buscar la forma legal de establecer unos «reajustes» lógicos con el momento actual, sin que sirvan acuerdos anteriores, porque no se puede y se acabó. Habría que revisar los «liberados» sindicales, que en algunos casos es posible sean necesarios, pero de forma continuada no creemos en esa necesidad.
Habría que sacar rendimiento al antiguo PER. Hace años se utilizaban a los trabajadores en paro, completando un sueldo mínimo decente y aprovecharlos para hacer, por ejemplo, limpiar las cunetas de matojos o para hacer aquellos cortafuegos que en las zonas de arboledas y pinares, tenían un papel primordial, como se ha notado en el espantoso incendio de Manilva, Marbella y adláteres. Nosotros hablamos con algunos de los trabajadores de antes, y se sentían orgullosos de ser útiles, además de tener un sueldo que permitiera una subsistencia dura, pero que permitía salir para adelante. ¿No hay hoy nada que se pudiera hacer? Porque recordamos que, por el mismo sistema, se arregló la Plaza de Toros: sueldos del PER, ayudas de las administraciones provincial y regional, apoyo municipal y ahí están las obras, útiles y precisas, en lugar de disolverse en la esterilidad de unas subvenciones con las que es imposible llegar a final de mes, y son un pozo sin fondo que no hay quien aguante.
En fin, hay tantos que ven estas cosas que nadie se explica cómo no se adoptan en lugar de recortar y recortar…¡hasta la Salud!
