De pintar de niño en una choza a formarse en la Escuela de Artes y Oficios de Antequera. De su tierra a pasar por Sevilla para poner rumbo a Madrid. El niño prodigio rompía las puertas del Arte y viajó al espacio de Nueva York donde consiguió entrar en el complicado mundo de la pintura.
De regreso a Madrid, se sitúa y mantiene como uno de los referentes españoles en la pintura y ha pasado por museos de arte moderno y contemporáneo, como el Guggenheim de Nueva York, el Sofía Imber de Caracas, el Moderno de Bruselas, el Centre Pompidou de París o el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.
A sus 78 años pudo al fin exponer en condiciones en su tierra, en aquella histórica muestra en el Museo de la Ciudad dentro de los actos del Centenario de estas páginas. Y en 2022, a los 82, su primera gran muestra en Málaga.
Sus maletas, su obra, buscan dejar de viajar por mar, cielo y tierra y tener un espacio fijo. Ahora que llega una época de fáciles entendimientos entre administraciones, ¿no es hora de recuperar el proyecto del Museo de Arte Contemporáneo Cristóbal Toral?
¿No es una oportunidad única contar con el propio artista para buscar un proyecto que sume voluntades y su tierra, Antequera, sea sede de su obra, así como reclamo de otras del arte contemporáneo? ¿Vamos a dejar que se nos adelante otra ciudad o que se quede en el olvido su obra?
Oportunidad perdida en la Casa de los Colarte, hoy Museo de Arte de Diputación, que podría albergar este gran proyecto. Una sala Permanente con su obra y exposiciones temporales con otros artistas y tendencias. Un club de amigos del museo y una apuesta por el arte de hoy.
A los parajes naturales del Torcal y la Peña, a los poblados milenarios de los Dólmenes, a la ciudad del Imperio Romano, los vestigios musulmanes y la ciudad de las iglesias y palacios, le toca sumar un escalón más y pensar en el siglo XXI.
Si el turista busca ya algo más que el sol y la playa, también querrá ver más cosas actuales que no se queden en el siglo XIX.
El propio artista lo expone con cortesía y como sugerencia: su sueño tras toda una vida trabajando es el de ver al fin su obra asentada en un museo, apuntando cómo no en Antequera su sueño y si no puede ser, Málaga.
Tras la crisis de la pandemia y a la espera de nuevos grandes proyectos que construyan la ciudad del futuro, Antequera tiene la necesidad y obligación moral de acoger y promover la obra en un nuevo museo, en nuestro particular Guggenheim, como se tenía previsto en calle Maderuelos.
No será por falta de voluntad de las administraciones públicas que además tienen el mismo color y tras las próximas elecciones, esperando su resultado, podría ser el momento ideal. Mientras viene la consulta en las urnas, es el momento apropiado de presentar un proyecto, de recuperar lo trabajado en el anterior intento y de ponerlo en práctica.
En pocas ocasiones en la vida, se va a tener a un artista tan próximo, tan cercano y con tanto reconocimiento como el de Toral, que sigue con el don de quienes construyeron los dólmenes: el poder hacer arte con sus manos y con su capacidad de pensar y poner corazón a su obra.
Estamos seguros que ya se tenía en mente para poder recuperar y proyectar esta iniciativa que será bien recibida por los presentes y reconocida por las próximas generaciones.