A las 21 horas, Gaspar Zarrías, comparecía ante los medios y decía: «Los primeros datos apuntan una mala noche electoral, pero son los primeros y los hay para todos los gustos; unos datos son malos para el PSOE y otros, no. Es un error vender la piel del oso antes de cazarlo. El presidente Zapatero tenía caria seria, porque sabe lo que nos jugamos, lo que está ocurriendo en el país, y eso le pone serio». Era una premonición de lo que venía detrás, que resumido en pocas palabras, lo describía alguien tan poco sospechoso en su sinceridad como Francino en la SER: «Esperábamos una marea azul, y esto ha sido un tsunami».
Y no es mala la imagen, porque ese «tsunami», si nos referimos a Antequera, ha causado unos efectos como en la mayoría de España: se han achacado los problemas que vive España a un responsable y al grupo que le mantiene, y no ha importado que en cada lista de cada pueblo o ciudad, hubiera gente muy válida, porque ha pesado más el desencanto ante la situación que se atraviesa que las buenas intenciones de quienes se arriesgaban por servir a ese Partido, por aportar su trabajo, su esfuerzo al bien común. Se dice que algunas listas iban «flojas»… También puede ser otro motivo para que una mayoría se haya decidido por el Partido Popular, que presentaba al frente a un hombre e ideas claras, sumamente conocido, como es el que será nuevo Alcalde de Antequera, Manuel Jesús Barón Ríos, que se apoyó en personas muy conocidas en sus respectivos ambientes, con lo que compuso una lista potente que, los números hablan, ha logrado algo tan difícil como una mayoría absoluta. Y el pueblo, dijo un político, no se equivoca.
A las 0,03 horas, el 100 por 100 de los escrutinios conformaba el nuevo Ayuntamiento, ratificando alguna sorpresa: 11 concejales para el PP; 7, para el PSOE y 3 para IU-CA. Mayoría absoluta para el PP de Manolo Barón.
Toca ver ahora, qué ocurre, pero Manolo Barón había adelantado que «si salgo, quiero ser el alcalde de todos los antequeranos», lo que demuestra que sabe valorar que obtuvo el apoyo de 9.317 antequeranos, pero hubo muchos que se inclinaron por otras opciones y sus voces tienen que ser oídas. Confiamos plenamente en que nuestro nuevo Alcalde, hará un gran trabajo, a pesar de los tan difíciles tiempos que atravesamos; que oirá a todo el mundo, aunque la última palabra, la tendrá él; que debe contar con «compañeros» de Corporación y no con «enemigos», en una palabra, que será fiel a esos principios que la mayoría de españoles ha respaldado, y por eso le felicitamos a él y a toda su lista, que supo transmitir su mensaje a los antequeranos.
Y, tras ello, hay que agradecer las voluntades de todos los demás candidatos, que dedicaron su tiempo, su esfuerzo, su ilusión, ofreciéndose a Antequera. Su papel va a ser de oposición, pero manteniendo los buenos propósitos que tendrían de haber ganado: por Antequera se puede trabajar desde unos sillones u otros y Antequera necesita un objetivo común que individualmente no se puede conseguir; unidos, sí.