Mariano Rajoy, nuevo Presidente del Gobierno, expuso el pasado lunes las líneas maestras de su programa de Gobierno, pudiéndose adelantar que ha sido muy bien recibido hasta en Europa porque el nuevo presidente anuncia algo innegociable: cumplir con un objetivo de déficit que se traducirá en un macroajuste de 16.500 millones de euros durante el próximo año. Entre otras iniciativas, contempla la eliminación de «los puentes largos», trasladando al lunes los festivos, salvo los de mayor arraigo, o la no reposición del empleo público, excepto el de las «funciones básicas», Policía y Guardia Civil; que el Bachillerato tenga tres cursos y que «sea el mismo en toda España», para acabar con la diferencia de formación de los alumnos españoles con los del resto de la Europa avanzada y con la barbaridad de que en una regiones se estudien «unas cosas» y en otras «otras distintas», lo que puede suponer que Educación pase directamente al Gobierno.
Rajoy anuncia la prometida revisión de las pensiones, con dos únicos grandes objetivos a modo de «piedra angular» de su Ejecutivo: crecimiento y empleo ante «la sangría» de más de cinco millones de parados y «asegurar la plaza que le corresponde a España en el mundo» en plena refundación europea ante la crisis de deuda, y en este sentido, anunció «seis meses de infarto».
En cuanto a «la reforma laboral», la basó en los acuerdos en las empresas sobre los convenios, que controlen más el absentismo, contemplen la reinserción forzosa a la vida laboral, incluyan un plan de empleo juvenil con bonificaciones del 100% de las cotizaciones de menores de 30 años, la supresión de las prejubilaciones y nuevo cálculo de las pensiones teniendo en cuenta el conjunto de la vida laboral, sin modificar los 67 años.
La pequeña y mediana empresa ha recibido con satisfacción no disimulada el anuncio de que en el plan de Reforma Fiscal, no se pagará el IVA hasta el cobro de las facturas, los 3.000 euros de ayuda para el contrato del primer empleado, la bajada del Impuesto de Sociedades, la recuperación de la deducción por inversión en vivienda habitual en el IRPF, adelantando una nueva Ley de Servicios Básicos en Sanidad, y un pacto de todos sobre ella, para sentenciar que «Se equivocan totalmente aquéllos que piensan que España no será capaz de hacer las reformas que necesita para tener éxito en la Europa del euro».
Para ello, Rajoy pidió pactos con todas las fuerzas políticas, para que todos participen en estas reformas, prescindiendo veladamente de la mayoría absoluta con que le respaldaron una mayoría de españoles. Pues ahora, ¡todos a una!