Si le preguntamos qué es lo que nos aporta la Unión Europea, ¿qué nos diría? Suponemos que muchas respuestas dispersas, entre la mención aún del mercado económico europeo, el euro, no tener que utilizar pasaporte y Eurovisión. Si buscamos en su organización, destacan que entre sus objetivos y valores está “promover la paz y la seguridad y respetar los derechos y libertades fundamentales son sólo algunos de los objetivos y valores de la Unión Europea”.
Consideramos que al igual que se fomentan charlas, conferencias, encuentros por el Día de la Constitución Española… a Europa la tenemos descuidada. No hay conciencia de ella, saber lo que nos aporta, nos quita o nos puede ofrecer.
Ahora que estamos en campaña, escuchamos más de lo mismo. Lo que uno hace y lo que el otro no. Se habla de populismos, de fango, de ultraderecha, de ultraizquierda, de Pedro Sánchez, de Isabel Díaz Ayuso, pero poco de lo que es Europa.
Quizá es hora de exigir desde los colectivos, los centros educativos, los vecinos, los propios medios de comunicación, tener la conciencia de lo que es Europa. Va más allá de lo que estudiamos del continente europeo, porque hoy hay contemplados países que no pertenecen a esa concepción o algunos que no lo están o se han ido.
Puede llegar el momento de sentirse orgullosa de Europa si tuviera una política exterior común ante guerras, dictaduras, movimientos migratorios, economía. Pero analizando los problemas en Israel, Palestina, Rusia o Ucrania, ¿se ha dado un paso adelante?
Se habla de Europa siempre como la mala de la película en temas de políticas agrarias. ¿Cómo es posible que la representación de los eurodiputados no se unan en se frente común? Maldita disciplina de voto. El día que se supere ese complejo, los ciudadanos se sentarían más respaldados por sus políticos. Porque si el voto es igual para todos los que forman parte de un partido, para eso nos ahorramos sueldos y cargos si todos votan lo mismo.
Europa podría ser la cuna de una identidad europea en la que nos sintamos orgullosos de ser europeos y dejar atrás los movimientos independentistas. Es totalmente compatible sentirse, por ejemplo, andaluz, español y europeo. Cada cosa en su sitio. Pero hoy consideramos que no procede querer desmembrar más el mapa.
Los europeos tenemos que sentir que podemos vivir en toda Europa, sin problemas de nacionalidad, estudios, trabajo o servicios. Para ello se deben ofrecer garantías de tener los mismos recursos nazcas donde lo hagas, o vivas donde sea.
Europa debe ser algo más que Eurovisión, una bandera que quizá aunaba esa conciencia, pero que hoy ya no es lo que fue. Se ha perdido un momento de unidad. Los tiempos han cambiado para bien y no para tanto.
En unas elecciones se tendrían que escuchar propuestas, saber los planes que hay para Europa en esta comarca. ¿Se imaginan que algún candidato a eurodiputado nos expusiera su intención de recuperar el tren de interior y convertir las antiguas líneas de tren en la unión y mejora de los pueblos de interior?
Nos queda mucho, pero las diferencias son cada vez más extensas entre países, regiones y lugares de las provincia. Ojalá Europa esté también para recuperar la esencia de los pueblo del interior que son la base de nuestra sociedad.