Las Elecciones Generales están a la vuelta de la esquina. Cuando menos lo espere, estaremos ante las urnas –una vez más–. Y es que, los comicios para elegir a nuestros representantes en el Congreso de los Diputados y el Senado se realizará el domingo 10 de noviembre.Una fecha marcada en el calendario por unos partidos políticos que monopolizan su discurso entre Cataluña, Franco y Trump.
¿Recuerdan aquella época donde los candidatos proponían mejoras en los asuntos sociales? ¿Y medioambientales? ¿Y económicos? ¿Cómo puede ser que nos asomemos a la tan temida ‘desaceleración’ y aún no hayamos escuchado nada en este aspecto? ¿Lo escucharemos en esta –eterna y continua– campaña? Creemos que no… Quizá, la clase política no le esté dando a estas Elecciones la importancia que se merecen. Nuestro país se juega mucho y no todo es la situación de una comunidad autónoma al borde del colapso. Hay mucho más de lo que hablar.
Por ejemplo, cada vez más, los ciudadanos de nuestro país reclaman propuestas en otros aspectos tan relevantes como el medioambiental, que capitanea Greta Thunberg, llevando tras de sí a miles de jóvenes de todo el mundo, que reclaman que se hagan reformas en este aspecto para vivir en un planeta mejor.
Tampoco vemos nada referido en el aspecto cultural. ¿Por qué la Cultura siempre es la gran olvidada? Ni siquiera hablan del futuro tecnológico de nuestro país. Quizá una de las grandes esperanzas a nivel mundial sea la innovación, la investigación y el desarrollo. ¿O vamos a seguir esperanzados solo a la construcción y al turismo?
Son muchas las ideas y las preguntas en el tintero cada vez que hay unos comicios. Elecciones que siempre se quedan en algunos aspectos, no banales, pero sí interesados en querer polarizar a una población que quieren situar en blancos o negros, rojos o azules.Como si quisieran volver a épocas oscuras de nuestra historia, donde del enfrentamiento deberíamos haber aprendido que no lleva a ningún lado.
¿Se dan cuenta los partidos de que la gente pide otra cosa que no sea el ‘y tú más’? Recuerde, eche la vista atrás y piensen en algo que nos toca muy de cerca, el ‘Pacto de Antequera’, donde los once partidos políticos implantados entonces en Andalucía se reunieron en nuestra ciudad para buscar la autonomía andaluza en el menor tiempo posible.Entonces, se sentaron en la misma mesa políticos de diferente espectro: desde la derecha más escorada hasta la izquierda convencida. Y lo lograron. Por el bien común, alcanzaron un acuerdo que nos permite la estabilidad actual, cuarenta años después.
¿No pareciera que estamos retrocediendo en la actualidad? Invitamos a los políticos a que no olviden que los mayores enfrentamientos no se alcanzan enfrentando a unos y otros, sino dialogando. Quizá, la palabra más pronunciada, pero la menos ejercida en estos tiempos donde se ha olvidado que el bien común de la ciudadanía es lo más importante. ¿Hablamos?
