Bueno pues, aunque sea de manera encubierta, apartada aún de los jaleos de las campañas oficiales en la primera decena de marzo, se abrió la veda cara a las próximas elecciones andaluzas de marzo, en las que se decide quién regirá la Junta de Andalucía en los próximos cuatro años.
Los resultados de las elecciones municipales y nacionales, dan ventaja al Partido Popular, lo que hace que el Partido Socialista se apreste a contrarrestar, y si es posible anular, la ventaja que las primeras encuestas dan a Javier Arenas.
El PSOE, quiere que se olvide todo lo que le denuncian, el PP y muchos medios informativos, relativo a los «eres», los dineros mal empleados, las denuncias de enchufismos y favoritismos que, ante la abundancia de pruebas tienen que haber existido, aunque sean «culpa» de cuatro granujas, que manchan a los buenos políticos que, como en todos los grupos, habrá en el PSOE.
El PP, reclama que tantos años de poder al frente de la Junta, tienen que originar posturas negativas que afectan a la marcha de Andalucía: déficit, dinero mal empleado, escándalos sobre los «favoritismo familiares», sobre las comisiones, el dinero destinado al paro y empleado en vicios, la situación del paro… es decir lo mismo que costó al PSOE el Gobierno y tantos ayuntamientos.
Como la defensa de cada cual será exacerbada, llenas de ejemplos a favor de cada cual, de devolver las acusaciones, del «y tú más» que, precisamente por lo que se juegan, tiene que más fuerte que nunca. En todo caso, a los andaluces nos conviene serenidad, no dejarnos llevar por el volumen con que se anuncien las propuestas, con que se nos pida el voto, sino «saber limpiar la paja del grano», del españolísimo dicho popular, para recapacitar despacio, para valorar si es o no posible la realización de los planes que ahora se anuncian, para estudiar si los candidatos que se nos ofrezcan están o no capacitados para unos años cruciales para toda España, pero más para Andalucía, que presenta registros negativos mayores que en otros sitios y que se juega su futuro. Sería lo ideal contar con listas abiertas que permitieran aprovechar lo mejor de cada candidatura, los mejores de cada lista, pero visto que no será posible, habrá que conocer si los candidatos pueden o no, si nos «meten goles» para enchufar a quienes tienen la política por medio de vida y buscan desesperadamente dónde meterse; nos conviene, analizar los «deberes» realizados por los candidatos que repiten, ya sea en el Gobierno, ya en la oposición, así como valorar los nombres de grupos menores que seguro tienen gente válida, aunque no militen en los grupos «gigantes».
En suma, es tan delicado el momento que hay que dejarse de partidismos y actuar no como convenga a un grupo o a otro, sino como conviene a Andalucía. Es claro que no podemos seguir con estas cuentas, ni con las situaciones que llevaron a ellas; lo que es evidente es que hay que ponerse a la altura que Europa nos reclama. Así de claro.
