Y añadiríamos que ¡a vivir que la Feria son tres días! Así que hagamos un esfuerzo, vivamos cada día, disfrutemos de lo mucho, y casi todo bueno, que nos ofrece Festejos, aplaudiendo que se apueste más por lo local, en muchas cosas. Montar una Feria es muy complejo, por su grandiosidad, por su variedad, por lo difícil que es dar gusto a todos, así que se nota que intentan contentar a los más posibles.
Echamos de menos los fuegos artificiales, que no faltan en casi ninguna Feria, por humilde que sea. Si mejoramos en la economía, podría hacerse un esfuercillo y recuperar ese final luminoso y espectacular que ofrecen los fuegos de artificio que paralizan el Real de la Feria, las Casetas y todo, mientras desde muchos sitios de Antequera se contemplan esas maravillas de luces espectaculares y sonidos abrumadores…
Positiva las respuestas de la Excursionista, organizando el Concurso de Porra Antequerana, y la colaboración impagable de tantas Cofradías que se encargan de montar sus casetas no dudando en sacrificar sus deseos de disfrutar de la Feria con sus familias, para dedicar horas y horas a buscar esos fondos que les permitan procesionar en Semana Santa, pero que además ofrecen un espacio único alegre, adecuado para reunirse las familias, para recibir a los paisanos que vienen de fuera, para compartir estos días, con los suyos.
Esas casetas y las del Real, podrían ser un lugar ideal para lo que era uno e los motivos que justificaron la creación de la Feria: hacer negocios, planificar la próxima sementera o la inminente campaña de la aceituna en la que confían tantos trabajadores… si es que los olivareros prefieren la mano de obra propia, o la que esté más necesitada, pero que se refleje en los documentos oficiales, para que se note que baja el paro, que se cotiza a la Seguridad Social, en lugar de hacerlo “en negro”… como dicen se hace en algunos casos, sobre todo con extranjeros.
Pero con todo, con el programa, con los festejos, con las casetas, con los concursos, con las actuaciones, la Feria la hacemos los antequeranos, dejando atrás de la mejor manera que podamos las luchas y preocupaciones de cada día, la esclavitud de los horarios, el postergar a la familia, para meternos en las alegrías de la Feria, para disfrutar con los niños y el mundo de fantasía de las atracciones del Real; con todos en las casetas, seguro que abarrotadas como siempre y con esas comidas que no vemos hoy en días en las casas por el temor al colesterol, al azúcar y esas amenazas que nos fastidian las comidas…y aquí, en las casetas, tenemos, porque “¡un día es un día!”; y preparémonos a disfrutar de los toros, con carteles que no se dan ni en Málaga, de esos que atraerán a aficionados de toda Andalucía y regiones próximas, por la presencia de figuras extraordinarias, para las que la nueva empresa buscó una ganadería de prestigio…
Disfrutemos de la Música, jóvenes y mayores, con figuras de éstos y de “aquellos tiempos”, que hasta nos quitarán años, evocando épocas recientes… En fin: ¡carpe diem!, ¡vivamos los días!