La conocida estatua de «La Negrita» ha vuelto a los remodelados jardines que se han instalado tras la restauración por los desperfectos sufridos con el paso de los años. En apenas un instante, los operarios colocaron la famosa escultura que ahora se puede contemplar elevada sobre la fuente de mármol que se ha instalado.
La figura de la Negrita corresponde a un modelo de estatua decorativa con función opcional de fuente que fue recogido en el Catálogo General de la Fundición A. Durenne de 1868 (el más antiguo conocido), en la lámina 201-F, dedicada a varios tipos de estatuas decorativas, con la denominación de Verseuse A E (es decir “vertedora” o “aguadora”). El autor del prototipo de este modelo permanece hoy en el anonimato a raíz de la destrucción de los antiguos archivos de la empresa a comienzos de la década de 1980. No obstante, su autoría podría estar relacionada con alguno de los destacados escultores franceses que colaboraron con la firma en sus primeros años, como Albert-Ernest Carrier-Belleuse (1824-1887) o Mathurin Moreau (1821-1912), sobre todo con el primero, alguna de cuyas obras documentadas presenta notables paralelismos con la que nos ocupa, tanto plásticos, como compositivos y temáticos.
La escultura fue regalada a Antequera en 1877 por Tomás Trigueros y Trigueros, teniendo dos ubicaciones: la actual y donde ahora se encuentra el Capitán Moreno en San Luis, de ahí que aún sigan denominando ese sitio «La Negrita». Fue realizada por la Fundición Antoine Durenne (1822-1895), creada por éste en 1857 y radicada en Sommevoire, en el departamento del Alto Marne, en la región de la Champaña-Ardenas, fue una de las más prestigiosas e internacionales fundiciones artísticas francesas de la segunda mitad del siglo XIX. Exportó sus exquisitos productos en hierro fundido (fuentes, monumentos, balaustradas…) por toda Europa y América (Brasil, Argentina, México, EEUU…) gracias a su calidad, que residía en el hecho de partir de modelos realizados para la firma por algunos de los escultores franceses más renombrados del momento y a su sistema de venta por catálogo, que se apoyaba en una tupida red de distribuidores-importadores en distintos países.
En cuanto a la cronología del prototipo, habría que remontarla probablemente hasta 1861-1862, periodo durante el cual se formó una parte importante del repertorio de la Fundición Durenne con motivo de la Exposición Internacional de Londres de 1862, la primera de relevancia a la que concurrió la firma. La pieza antequerana se conoce también como “Fuente de la Ninfa del Cántaro” y llegó a nuestra ciudad en 1877, obsequiada a la Antequera por Tomás Trigueros y Trigueros. Más información, edición impresa sábado 18 de abril (pinche aquí y conozca dónde puede adquirir el ejemplar) o suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción).