Todo deporte, cualquier grupo, necesita de personas como Andrés Kogovsek. Con ellos, a la técnica y las cualidades tácticas, hay un valor más fuerte que todas ellas si se sabe utilizar.
La pasión y garra del corazón que conecta grada y campo con una jugada, un gol, una acción o una celebración que puede cambiar la dinámica de un partido. Lo vivido el sábado, lo demuestra.