Si las del Jueves Santo siguen cada una por su camino, al menos se podrían despedir en algún punto, aunque sea la Virgen que vaya primero y el Señor que vaya detrás. Pero lo del Viernes Santo… Será increíble lo de la “citarilla”, pero muy pocos pueden verlo en el sitio. ¿Tan difícil es ceder y buscar una solución que se venía haciendo? Se pierde el contacto con la gente de pie de calle.