Tiene 10 años. Es una niña con toda una vida por delante. Crece a pasos agigantados bajo las clases de Ana Pastrana y los viajes de aprendizaje que sus padres Javi y Macarena le buscan. Se llama Victoria Amador, conocida como la Rubia de Antequera y es la bailaora que Málaga lleva años necesitando.
Tiene duende, en sus genes lleva ese don flamenco. Tiene mirada: busca al público, les cautiva con su mirada, no le asusta un escenario. Planta con tan sólo 10 años, sabe dónde colocarse, se come el tablao. Zapateo: sus pies marcan sus pasos, su baile. Jaleo: es lo que empieza a sentir. Tras diez años bailando, crece con las clases que se amoldan a lo que aprende. ¡Hay que estar listos cuando diga aquí estoy yo y saque el jaleo que será dejar fluir su genio!
Era su segunda Noche Flamenca en Antequera, pero la primera en Santa María. Se encontró ante un público que se desmelenó escuchando apasionadamente al primero de la noche en actuar, Rancapino Chico al cante con Diego Amaya a la guitarra. Hay artistas a los que con cantar, les sale el arte a raudales y es su caso.