Aquella noche, después de haber estado todo el día tan ocupado, me fui a descansar más pronto de lo habitual. Estaba tan cansado que no recordaba si había cenado o no. Pero en cierto modo me daba igual. Lo importante era acostarme pronto. Pero no obstante quise asegurarme de la hora que era y encendiendo la luz del dormitorio, pude comprobar que el reloj marcaba las 6:00 de la mañana.
Sorprendido, baje al salón para mirar si este reloj marcaba también la misma. Me quedé frío cuando miré y vi que marcaba las 11:00 de la noche. La cocina, miraré en la cocina. Las 11:00 de la noche, no puede ser y mirando hacia la mesa vi que la comida estaba intacta. Sin tener mucho apetito y mientras pensaba en lo que había sucedido, empecé a comer algo de lo que tenía preparado de cena. Cuando terminé me propuse no darle más vueltas a lo sucedido y volver al dormitorio para descansar toda la noche.
Nada más entrar en él vi justamente enfrente otra vez el reloj que marcaba las 6:20 de la mañana. Este reloj tiene que estar mal, me dije, al tiempo que acercándome a la mesita de noche cogí mi reloj de pulsera y completamente asustado observé que eran las 6:20 de la mañana. Ahora sí que estaba mal, pero yo.
Fue entonces cuando salí del dormitorio, rápidamente bajé las escaleras y mientras cruzaba el salón viendo que eran las 11:21 de la noche me dirigí a la cocina y dándome un vuelco el corazón vi que la comida estaba intacta no la había tocado nadie. Fue tan grande el alarido que di, que me desperté pegando un salto y quedándome sentado en la cama. Mi señora que al verme se había despertado, me dijo que me estuviera quieto que llevaba toda la noche, soñando con relojes y sin dejarla dormir.
Yo respiré tranquilo. ¿O no?