En unos tiempos en los que las administraciones públicas están cancelando ayudas para el mantenimiento y desarrollo de servicios de organizaciones como pueden ser Proyecto Hombre y Casa Menga, la Iglesia Católica de nuevo sale al paso, contribuyendo con la sociedad.
En un piso de la Carrera de Madre Carmen, “siete usuarios conviven el día a día, hasta que el año que viene, podamos venirnos a Capuchinos, ¡hasta 20 chicos que entren en fase de rehabilitación! Es algo alucinante lo que nos han ofrecido los capuchinos”, exclama Jesús Ruiz, de Casa Menga.
Marisa Martín, de Proyecto Hombre, explica: “Nuestra misión será la de organizar el trabajo terapéutico en calle Pasillas, seleccionar y formar los profesionales y ayudar a la vida en terapia. ¡No sabéis lo bien que va a venir a los usuarios que lo piden y hasta ahora no tienen sitio suficiente!”.
A veces, nuestra mano izquierda debe saber lo que hace la mano derecha, como es este caso de la nueva acción de los padres capuchinos en Antequera.