Para ser sacerdote no vale cualquiera; mucho menos para estar al frente de un colectivo tan vulnerable y tierno como son los ancianos. Y allí lleva su apostolado el Hermano Luis en un remanso de armonía en que se ha convertido la residencia de San Juan de Dios. Es asombroso cómo transmite su entusiasmo día a día a cada una de las personas que le rodean: mayores, empleados, voluntarios, y a quienes se dirigen a visitar a sus familiares y amigos.
Y lo que más desea es ver que su casa de ancianidad ofrece muchas razones para vivir en familia, una gran Comunidad Cristiana, que sea remanso de paz, acogedora y divertida. La diversión es patrimonio de todas las edades y en San Juan de Dios, esas animadoras jóvenes volcadas en los deseos de los mayores, con José al frente que es casi imprescindible en cualquier lugar, obraron el milagro de acompañar a los mayores a una caseta de feria. ¡A disfrutar la Feria de Primavera!
Fue muy fácil y divertido para todo el grupo de voluntarios. ¡Qué mejor día que el día de San Fernando! En el precioso patio de la iglesia de San Francisco donde la joven Cofradía de Estudiantes montan su caseta. Tan amablemente nos acogieron, y dispusieron de una larga mesa en el lugar más fresquito para que los mayores vivieran la feria. Tanto a su presidente Juanma Vegas como a las hermanas Villalón y a tantos cofrades y vecinos como se acercaron a saludar, les estamos profundamente agradecidos.