Este lunes, a las 9,15 de la mañana, estaré esperando que entre por la puerta nuestro compañero Pablo Ariza, el periodista mochilero –como le gusta denominarse– que vino con su “piedra vasca”, convertida en sonrisa eterna para compartir con esta centenaria Redacción, estos frenéticos meses entre la Semana Santa y la Feria de Primavera del 2018.
Desde que en 1992 decidí dar un paso al frente como periodista comprometido en estas páginas, tras haber pasado por la época de “doblador” y “repartidor”, he conocido a muchas personas, bastantes periodistas, pero pocas personas periodistas.
Ariza puede ser lo que Miguel Toral, Antonio Pampliega o Jalis de la Serna exhiben: una nueva forma de Periodismo, marcada por la aventura, en la que con una simple mochila y un móvil puedes compartir con el mundo, una frase, una fotografía, un vídeo…. llegando a la difusión que Johannes Gutenberg intentó y Francisco Javier Muñoz Pérez soñó.
No sé cuál será tu nuevo destino, dónde dejarás tu mochila, tu sentido del humor y “tu riqueza”. Espero que sigas siendo inconformista y tenaz como lo has hecho en estas semanas. No sabía nada de ti, solo que en Nochevieja me habló de ti mi sobrino Pablo, (por cierto, futuro gran abogado), quien me dijo que conocías secretos de nuestra Antequera.
Ahora, aunque termines tus estudios, seguro que pronto abrirás tu mochila, llamarás por teléfono y aunque alguien no te lo haya cogido aún, siempre habrá otra persona que lo haga cuando menos te lo esperas. Escribirás un mensaje y te costará que te respondan… pero siempre sale el sol, decía Melchor Miralles.
Cuando te desesperes y te preguntes por qué, piensa lo que Gutenberg y Muñoz Pérez hubieran hecho con un móvil. Imagina lo que esa persona que te hubiera gustado conocer, hubiera podido escuchar cómo tú hiciste uno de sus sueños: pisar el San Mamés, y las mil historias que hubiérais compartido.
No te digo “agur”, porque cada mañana, siempre que mire al Angelote, ya sabes: sabré que el viento del Periodismo lo hará girar más fuerte aún, gracias a las mochilas de jóvenes y no tanto que lo dan todo por creer en el Periodismo, y… “nada más, pero nada menos” por y para Antequera, Antequera, Antequera…
