¿Quién le iba a decir a Miguel cuando apareció, montado en su yegua, que la más bonita de todas las jóvenes que en ese momento se encontraban lavando la ropa junto al cortijo, sería su mujer para siempre?
¿Quién le iba a decir a Rafaela que ése sería el primero de muchos viajes juntos con ese desconocido jinete?
El destino es caprichoso, y descansa sobre casualidades, pudiendo unir a dos personas para siempre por el mero hecho de encontrarse en un lugar concreto y en el momento adecuado.
Pero las casualidades hay también que alimentarlas, para convertirlas en certezas, y eso es algo que Rafaela y Miguel han hecho a base de mucho amor, respeto, comprensión, compañía…
Hoy se cumplen 50 años de su “sí quiero”, el primero de los muchos que se dirían (y esperemos que se sigan diciendo aún por muchos años) a lo largo de su vida.
Ellos han sabido superar y hacer buenos los valores que el matrimonio transmite: alegrías y penas, salud y enfermedad, pobreza y riqueza, saliendo reforzados de cada uno de los no pocos obstáculos que la vida les deparaba, para convertirlos en un nuevo ejercicio de superación y canto a la vida, por muy dura que ésta hubiera sido con ellos.
Ése ha sido el secreto de su éxito, haber permanecido siempre juntos, siempre firmes, siempre como uno solo, frente a la adversidad. Un éxito refrendado con el nacimiento de sus tres hijos, y que a su vez ha permitido también su llegada al mundo de sus cuatro nietos.
Queridos mamá y papá, no habrá tiempo ni palabras suficientes y justas para expresar el infinito agradecimiento y la absoluta suerte de ser vuestros hijos, de haber recibido día a día vuestra lección de respeto, educación, apoyo incontestable, comprensión y amor.
Solo es responsabilidad nuestra el no haber estado a la altura en ocasiones, pero es precisamente vuestra paciencia y capacidad de perdonar la que nos ha hecho sentir por vosotros más amor y admiración si cabe.
Ésa es la mejor herencia que un padre puede dejar a su hijo. Gracias a los dos por ser como sois el uno para el otro, y gracias a la vida por la oportunidad de ser vuestros hijos y nietos.
MARÍA JOSÉ, ANTONIO, MIGUEL ÁNGEL, MARINA, MARTA, MARIO y LAURA
