Mis pensamientos no son pensamientos, pronto se transforman en recuerdos. Hay que tener una paleta particular de color en la mente, un ritmo, una gama de contrastes, ¡¡vida!!
Cuando me dejo llevar por el río del mundo, no estoy huyendo de la realidad, me acerco sí o sí a la alegría. Es un momento mágico en el que se desvelan los secretos, se descifran los enigmas y descubrimos que la vida va más allá de las lágrimas, del miedo, la soledad o la tristeza. Porque llega un momento especial en agosto en que todo se transforma en FERIA.
Sol, besos, colorido del sur, aquí en Antequera.
Gentío, calor, amigos, risas.
FERIA para disfrutarla sin ningún pretexto.
Mujeres, hombres, niños. Norias gigantes, carricoches, casa del terror, algodones en rosa, helados al gusto, casetas de hermandad.
Los barrios están llenos de casas. Las casas llenas de gente, la gente deseando ver un atisbo de luz.
Se abren cajones y armarios y se encuentra los que otros años se guardó, con ilusión de volver. Abanicos, flores, peinas y peinetas, mantones bordados por el tiempo, castañuelas, pulseras collares, sonrisas. Movimientos alejados de la indiferencia, de la rutina gris.
Se despiertan los volantes, se desperezan los lunares y se planchan los recuerdos arrugados. El sueño olvida las piernas cansadas y se vuelve ágil sobre las tablas cuando baila, cuando taconea, cuando pasea. Brazos torneados, morenos que se elevan al cielo, esculturales, ambiciosos de luna nueva, de cielo estrellado, de FERIA.
Calles anchas, estrechas, plazas y rincones escondidos en guirnaldas, en farolillos de colores que florean cuando el deliro de las noches se cuajan de palmeras y castillos de fuego. Respira el agua de las fuentes y cantan, para dentro o para afuera, sonidos únicos de fiesta.
Parpadeo de un instante.
Cuatro ruedas sobre el albero, que dejan sombras tras de sí, huellas, surcos que no se olvidan.
Alguien pegunta: ¿Qué que se celebra? La feria de Antequera, señor mío, la de Agosto, la feria grande. ¿Le parece a usted poco?
A caballo. Al paso, al trote, al galope. La cara al viento, al Paseo Real. ¡¡A LA FERIA!!
