Uno de los casos más discrepantes ante el aborto es el caso de violación. Para empezar habría que dejar claro que el embarazo en una violación es casi excepcional, estaríamos hablando que de cada mil violaciones, seis acaban en embarazo. Luego no podemos asociar la palabra violación con embarazo.
Siempre se olvida algo, que es la víctima, la mujer que ha sido sometida a un acto sexual no consentido. Pero centrándonos en el caso ínfimo del embarazo, la pregunta es, si seguimos pensando en la mujer o en lo que la sociedad quiere imponernos. Si justificamos la muerte de ese ser, ¿se acabó el problema? Eso es lo que piensa todo aquel que defiende el aborto en caso de violación. Y nadie se pone a pensar que se pueden agravar los problemas, o si el tener ese niño puede ser el principio de una nueva vida.
Basado en un estudio sobre 192 mujeres* que quedaron embarazadas por violación, la opinión consensuada de las que decidieron no seguir con el embarazo es que el aborto en su caso fue nocivo. Más aún, los resultados de dicho estudio sugieren que la mayoría de las mujeres que quedan embarazadas por violación ni siquiera quieren abortar.
La mayoría de las mujeres que abortaron dijeron que el aborto aumentó la sensación de culpa y vergüenza que sintieron tras la violación. A menudo decían haber tenido problemas tales como depresión, abuso de alcohol y drogas, relaciones rotas o desgraciadas e intentos de suicidio después de sus abortos.
Basado en otro estudio sobre 37 mujeres violadas** contradice la suposición de que las víctimas de violación buscan y necesitan abortar. Las mujeres lo que buscaban era curar el recuerdo de la violación, no del embarazo.
Las mujeres embarazadas por violaciones que optan por no abortar afirman que los sentimientos hostiles y negativos hacia el niño desaparecen a lo largo del embarazo. Incluso algunas abandonan sus planes de dar al niño en adopción y se lo quedan. Algunas afirman que si abortaran serían peores que el violador, y que llevar a término su embarazo les hace sentirse mejor y olvidar la violación. Informan de que dar vida, la de su hijo, les hace recuperar su dignidad.
Yo opino que preguntemos a personas como Julie Makimaa o Pam Stenzel, que nacieron del fruto de una violación, que tienen mucho más que decir que todos los que abogan por abortar en esos casos.
* Speaking Out About Their Pregnancies, Abortions, and Children Conceived in Sexual Assault
** «Pregnancy and Sexual Assault, New Perspectives on Human Abortion»