En el nombre de mi familia y en el mío propio, escribo estas líneas para agradecer la atención prestada por una pareja en la tarde del pasado miércoles 14 de julio. La situación en la que me encontraba no me permitió preguntarles su nombre y darle las gracias, por esta razón recurro a esta carta, para darles mi profundo agradecimiento.
El miércoles 14 de julio recibí una llamada de un familiar informándome de una trágica noticia, por lo que tuve que salir a la calle en busca de ayuda, de alguien que me pudiera llevar hasta la casa de mi hermana donde había tenido lugar el fatal desenlace. Salí a las 14,45 horas a la calle, concretamente a la puerta de la iglesia de las Recoletas, se pueden imaginar mi estado de nerviosismo y angustia, y una pareja paró el coche ante mi llamada de ayuda y amablemente me condujo hasta la calle Carrera de Madre Carmen, donde incluso me tuvieron que ayudar a bajar del coche porque no podía ni hacerlo por mi propio pie.
Desde estas líneas, a ambos, un hombre y una mujer de mediana edad, agradecerles la atención que de forma desinteresada me prestaron, y que en aquel momento no pude comunicarles porque la situación emocional no me permitió hacerlo.
Muchísimas gracias de nuevo por su ayuda en un momento tan difícil.
ROSARIO MADRONA RIVERA