El día que se inauguró el alumbrado navideño, se pudo observar que llegan cambios en nuestro Ayuntamiento. En la sede de calle Tercia, un pequeño ágape fue la excusa perfecta para reencontrarse la militancia y compartir las deseadas y felices navidades que estaban a la vuelta de la esquina. El alcalde disculpó a una persona de su equipo por no hallarse entre los asistentes al acto, como si a alguno de los allí presentes necesitáramos saberlo. Nos miramos enarcando una ceja queriendo resolver el interrogante que planteó aquella excusa. ¿Cuál era la razón? Otros concejales también estaban ausentes y pasaron desapercibidos. La gente cuando se está divirtiendo no echa en falta a nadie, da igual el cargo que represente o las simpatías que despierte, y menos a los políticos de los que casi todos estamos bastante saturados.
Demasiada exposición es buena para tener contacto con la realidad; sin embargo, también es más fácil conocer sus deficiencias. No habían transcurrido veinticuatro horas y el alcalde que dirige el Ayuntamiento de manera muy personalista por su capacidad de trabajo y su popularidad: mezcla de simpatía, paciencia y gran dosis de pedagogía, abre su espacio a la misma persona que excusó el día anterior, con ella y su esposa oyeron la primera misa en la iglesia de la Trinidad después de haber estado el templo cerrado por las reformas de pintura y limpieza. (A modo de inciso, merece una visita de todos los ciudadanos).
¿Qué nos está tratando de decir? Sabiendo que tenemos elecciones a la vista y de todos es conocido que ha tenido propuestas muy interesantes en el ámbito político. ¿Se estará planteando un relevo antes de optar a la cuarta en esta ciudad cuya cercanía con los vecinos es un no parar las veinticuatro horas del día? ¿Tendrá sus miras en el Senado donde puede hacer su puesto compatible con la alcaldía? Por otra parte, y a preguntas de los ciudadanos, el alcalde siempre responde que su sitio es Antequera. No cabe duda de que algo se está cocinando en las dependencias municipales, nos queda por saber cuando estará listo para que nos enteremos de lo que ocurre.