Desde pequeña oía, en casa de mis padres, hablar de Albacete, porque se crearon vínculos familiares entre mi pequeña patria y esta provincia manchega. Por distintas razones, siempre que he podido tener la ocasión de visitarla, no ha sido posible. Así que se ha redoblado mi interés por visitar la ciudad de las navajas, convencida que ofrece muchos atractivos. Además de ser, una de las pocas que me quedan por conocer de la península y verme allí, no solo será el triunfo de mi pequeño deseo, más bien que la amenaza, que nos azota la vida, está remitiendo y aunque nos deje huella y tengamos que echar mano de la nostalgia, vamos a volver a ser los disfrutones que fuimos antes de esta pesadilla.
Mi primer destino será Albacete, nunca me faltan referencias de amigos que la conocen y tratan de disuadirme de hacer un viaje, con exclusividad, a ese lugar. Así que mi alegría ha sido inmensa cuando he podido leer en el ABC del miércoles 10, que el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Ruiz Escudero, toma como referencia, Albacete, para decirnos lo amurallados que vamos a estar los españoles en Semana Santa, y la libertad que van a tener los franceses, como no podía ser de otra forma, dado que es uno de sus tres pilares fundamentales, en esos días de primavera.
“A Barajas puede llegar un ciudadano de París y uno no puede ir a Albacete”. Me quedo a cuadros leyendo esto y por más que me adentro en la noticia, la duda persiste sobre el autor de esta decisión. Más de una vez he pensado que me gustaría estar, momentáneamente, en la cabeza de algún político de peso, para saber qué siente cuando, ante anuncios tan temerarios, guardamos un absoluto silencio. Debe pensar que andamos cortos de sesera, o tan asustados que es el momento óptimo de manejarnos a su antojo, de ahí tanta rebeldía que está surgiendo en el plano político y esto parece que va para largo.
En Semana Santa, los españolitos, nos encerraremos en casa y las diversiones para los franchutes y todos los que quieran venir desde los confines de la tierra. Pero algún día dejaremos de estar a merced de cabecillas locas y nos tomaremos la revancha. No tengan la menor duda.