El Bien y el Mal es posiblemente uno de los antagonismos más socorridos a la hora de buscar temática para la escritura.
En estos caniculares días en que la bicicleta encuentra su protagonismo por tierras francesas y los componentes del Equipo de Competición Antequera Golf La Magdalena deberíamos de estar en viaje hacia tierras catalanas preparando nuestra participación en los Campeonatos de España de BTT, por designios de la innombrable situación económica en la que estamos inmersos, nos vemos obligados a quedarnos en casita. Faltan las aportaciones económicas, faltan las subvenciones y cuando en un grupo de personas no profesionales como lo es nuestro Equipo, no llegan las ayudas para las mínimas estancias, el transporte, licencias, inscripciones… ocurre que el joven y los menos jóvenes ciclistas que integran nuestro Equipo, se han de quedar en casa, pues a la familia no se les puede pedir más.
A pesar de ello una pequeña célula del Equipo sigue compitiendo en los Circuitos Provinciales. En esta ocasión en el de Cádiz. El Master /40 Juan Jesús Rodríguez Martín vencía en Puerto de Santa María el pasado domingo. En Cadetes Adrián Rubio Páez tercero, mismo puesto que su compañero en Elite, Cristian Orihuela Escalera. Y en Master 30 Miguel Ángel Rodríguez Orozco, quinto.
Pero en estas pasadas fechas otras grandes citas deportivas han copado los medios de comunicación y si de buenos y malos comenzaba hablándoles es porque aún no se han borrado de mi mente, esas imágenes que se pudieron ver en muchos rincones del mal llamado mundo civilizado.
Semanas atrás les contaba acerca de mi prístina afinidad por el deporte del balón y más concretamente por el color blanco, por ser éste el más vistoso en las trasmisiones en blanco y negro que nos ofrecían en la «Primera cadena». Hoy podemos decir que las cosas y los colores han cambiado ostensiblemente y se habla y mucho afortunadamente de «La Roja». Digo por fortuna y esto es así porque somos… Llos Campeones Mundiales.
Dicen de la Roja… y hay quien dejó bien a las claras no gustarle el nombre, no sé por qué, que ha sido la mejor Selección del Mundo, que ha ganado el Campeonato jugando al fútbol de verdad.
A mí personalmente me encantó la finalísima. ¡Ganaron los buenos!
Sí, porque esa sensación es la que me estaba quedando cuando sentado en casita cómodamente veía como el equipo rival pretendía ganarnos sin menospreciar ni escatimar en todo tipo de violentas y espeluznantes entradas, con el único objetivo de achicar a los componentes de la Roja. Que dicho sea de paso y por aquello de cumplir los requisitos en ocasión tan oportuna, vestía de azul. Mi color preferido.
Mi enhorabuena a todos los componentes de este maravilloso grupo de deportistas españoles que han sido capaces de hacer que… lo Bueno triunfe una vez más.
Y para declaraciones las de un aficionado sevillista: «Me alegro por el triunfo de la Roja, han hecho posible que los del Betis puedan celebrar algo. ¿***?».
Me voy a encender «er» tele. Las majestuosas montañas de los Alpes prometen dar espectáculo. El pedaleo continúa.
