Que se pongan de acuerdo los grupos políticos para pedir una solución al destartalado Palacio de ferias que trae dolores de cabeza continuos.
Los dineros nos pueden hacer mucha pupa, sobre todo si no se tienen, y más sin servir para nada. Las manos unidas en política tienen mucho que decir, ya que hasta ahora ha sido difícil ver porque no se han preocupado más que de acentuar las diferencias. Es hora que las cosas en común, que son la mayoría, salgan a la luz por el buen hacer de todos, por el bien de esta magnífica ciudad que tanto merece el abrazo colectivo.
Extrapolando esta buena iniciativa a todo el País. Nos ahorraría una cantidad considerable de sin sabores y adversarios. Barrería enemigos reales o imaginarios de nuestras mentes y acumularíamos una fuerza colectiva de inimaginables proporciones. Todos a una, con sus diversidades y sensibilidades, haciendo patria que todos cupieran con igualdad de oportunidades, no es una utopía.
Es posible, si miramos el dinero común como propio y casamos las ideas con consenso y no con la rebeldía partidista como el hecho de una educación diferente en cada Comunidad. Tiene mucho que aprender estos políticos de las Asociaciones y ONGS, éstas se fortalecen de una gran idea surgida de muchas pequeñas aportaciones y otras tantas renuncias. Pero se persigue el fin primordial, cueste lo que cueste.
Comenzar uniendo manos en nuestra ciudad, es la mejor manera de aprender a quererla bien, como ella se merece y, no como nos han querido hacer ver hasta ahora cada uno por su lado.