No acabo de acertar a descubrir dónde le estamos fallando a esta ciudad que no despega. Es injusto echar toda la culpa a la clase política. Pero la falta de entusiasmo asoma por cualquier esquina, se evidencia en los rostros de jóvenes y maduros y; nos quedamos a mitad en el desarrollo de buenas, buenísimas ideas que solamente son posibles llevarlas a cabo con entrega de la ciudadanía.
No sabemos vender nuestra ciudad, ni dentro, ni fuera, aunque es cierto, que hay algunas expectativas turísticas que van dando sus frutos, y se trabaja con acierto en publicitar sus atractivos. Fitur es un buen ejemplo de ello, sin embargo, tantos años con presencia en Madrid aún están lejos de conseguirse los logros deseados.
Las pobres justificaciones de que las buenas comunicaciones han desviado la comarca hacia la capital no deben servir más que para hacer fortaleza y unión en nuestros recursos. Si nadie pasa por Estepa sin comprar mantecados y es un producto que se encuentra en muchos puntos de nuestra geografía. ¿Por qué siendo Antequera centro de comunicaciones con un patrimonio que envidiaría a cualquier capital de provincia, no acaba de cuajar? Admito que viene mucha gente, pero poca en comparación con lo que ofrece ¿qué falla?
¿El carácter de los antequeranos que no es muy hospitalario o el ser muy conformistas y creernos que Antequera es de sobra conocida en la geografía nacional? Y por ende entre nosotros somos igual de puñeteros. Pequeños, pero enraizados vestigios de clase en todos los niveles, nos impiden dar un aire más cosmopolita a nuestra ciudad, un trabajar juntos para poner su nombre en el mapa con mayúsculas. Quizá nos falte un poco del chovinismo francés para llenar nuestras calles de turistas y el resto, comercios, servicios y tanto que resta se irá haciendo solo.