Esta fue la respuesta al salmo responsorial de la profesión temporal de Luis María Ruiz Muñoz. Desde Antequera un grupo de amigos nos unimos a la fiesta junto a su familia y los hermanos menores capuchinos en una preciosísima ceremonia celebrada en el convento de El Pardo el día 3 de Octubre.
La felicidad de Luis, la enriquecedora y acertada homilía del Provincial y un coro de voces mixtas magistralmente coordinadas y dirigidas, hicieron un acto muy hermoso. La emoción del Padre Paco y del profesante cuando recibió el hábito de sus manos, esas manos que saben llenarse de tanto amor en forma de limosnas y con la misma fe las entrega donde se necesitan, sirvieron de soporte al vestido del nuevo novicio y, todos sabemos que además, serán el apoyo en su nueva vida. El gozo de una vieja amistad compartida y con un horizonte común se hizo presente en sus rostros y corazones. Nos sumamos todos, y desde el cielo, Pilar y José María, sonreían y daban ánimos a su familia hecha una piña en torno a su hermano. Un aire de paz y armonía nos cubrió durante la ceremonia, y el momento de la comunión donde cada uno interioriza su fe y su acercamiento al Santísimo fue muy sentido y emotivo mientras se oían las bienaventuranzas en las bellas voces que llenaban la iglesia.
Un almuerzo fraternal en un comedor de grandes ventanales y muy espacioso, donde a lo lejos se podían ver los ciervos del monte de El Pardo, fue el broche perfecto para el día que comenzó con la ilusión de un amigo que ante todos quería decirle a Dios que tenía que estar más cerca de Él, y aprender a descubrirlo cada día mejor entre los hermanos capuchinos. La bondad y alegría de los consagrados es un verdadero respiradero espiritual para muchos que podemos ahogarnos entre egoísmos y dudas. Valiente respuesta de Luis al Señor y un nuevo hermano de esta ciudad. FELICIDADES.