Llevaron al PSOE local a manifestarse en Sevilla cuando la toma de posesión del nuevo Presidente andaluz. Había que ir a dar la nota, el enfado por el desalojo tenía que ser canalizado a lo grande; dejando constancia una vez más que los socialistas no admiten las derrotas. Y dicen sufrir lo indecible por el retroceso que puedan experimentar los derechos sociales, sobre todo en las mujeres.
Las mujeres no debe ser la excusa para admitir que su electorado les ha vuelto la espalda, y menos, para erigirse en salvadores de un colectivo que aúna sensibilidades en todos los grupos políticos. No nos manejen que sabemos andar solitas. Sí que hubo argumentos y razones para salir a la calles de Antequera y gritar el despropósito y derroche económico que fue el fallido Palacio de nada. Esperpéntico y mal ubicado, que se tragaba los dineros a un ritmo escandaloso.
Mientras parte de la población se pasaba y pasa medio día clamando una ayuda a las asistentas sociales. ¿Hay mayor razón y argumento que la necesidad? O ¿es qué para quienes sufren la pobreza los derechos sociales son distintos? Que no nos hablen de la aporofobia, porque es lo mismo que meter el dedo en la llaga en un tema que nos cuesta trabajo admitir. Pero mucho más complicado es resolver. Simples cosas se le niegan al pobre. Una ducha para estar presentable en una entrevista de trabajo; y hay que solventar el problema en un Convento donde sí caben todos. Esto que parece una exageración ha ocurrido hace pocos días en nuestra ciudad.
Pero por más necesidad que haya, no se abre el Centro de Transeúntes. Faltan argumentos y razones para que una ciudad de esta categoría, disponga de un lugar abierto a los que llegan de paso, muchos de ellos sin mapa ni horizonte. Lo que es peor, no se quiere ver ni saber. Nadie se manifiesta ni se fletan autobuses. Llevense los autobuses a Madrid. Podrían transportar a la gente que asiste a Fitur. Allí harían una gran labor y los andaluces se lo agradeceríamos. Nuestro turismo no necesita razones ni argumentos.