Todos los ciudadanos de este país hemos recibido una enorme alegría al saber que el poder judicial suma varios autos delictivos contra los consejeros y presidentes de la entidad. Ya va siendo hora de meter mano a quienes tanto la meten en detrimento de todos. Los listos se han fortalecido alrededor de un campo de cultivo propiciado por políticos visionarios, mediocres y ausentes que dejan el camino abierto a tanta tropelía. Desde que entendemos de todo no funciona nada. Cualquier político, sin el más mínimo conocimiento del sistema financiero, pasaba a ser por su condición pública, consejero de una entidad bancaria, que se repartía en la misma proporción que los votos, y a partir de ahí, cuatro visitas a la entidad, dos o tres palabritas para acompañar la foto de prensa sin ningún criterio, ni conocimiento específico, y sí una remuneración abultada que haría feliz a cualquiera durante bastantes años.
Personalmente me gustaría saber qué aconsejaban, porque servidora no puede hacer ningún comentario sobre el idioma alemán del que únicamente, y a través de un amigo, conoce dos palabras, impensable dar clases y menos recibir una remuneración por ello. Todo lo contrario surge en nuestros políticos-banqueros, porque además se sienten tan importantes por las cantidades astronómicas que reciben que asisten a otros foros, dan conferencias y siguen llenando esos bolsillos que parecen insaciables. Mirando detenidamente este país no nos hace falta tanto embaucador y abusón que sólo barra para adentro y si no tiene conciencia habrá que meterlo en chirona para que recapacite y actúe en consecuencia. Si todos saliéramos a la calle exigiendo que devuelvan el dinero robado, nuestra deuda bajaría considerablemente y nuestros sinvergüenzas también. Pero nos falta valentía para unirnos y nos sobran voces para gritarnos unos a otros.