En alguna ocasión que otra he dejado aparecer por esta página alguna de las series que en televisión se pueden ver; y hoy no quiero dejar atrás a una que copa mis más alta estima, porque verdaderamente es un lujo para todos aquellos que amamos el periodismo. Les hablo de «The Newsroom».
Una temporada ha bastado para que esperara con ansia su emisión por Digital +, y ahora, espero el estreno en julio de la segunda temporada, donde Aaron Sorkin, creador de la misma, seguro que nos brindará grandes lecciones y amor por una profesión que cada vez está más defenestrada, principalmente, por mucho intrusismo y porque hemos dejado que algunos la manejen a su antojo, dígase; comodidad, publicidad o política.
Lo cierto, es que en cada uno de sus capítulos se vive una disputa no sólo de lo que debe ser noticia, sino de la forma en que se debe tratar y llegar al espectador. Y además con un punto más y el mejor, desde mi opinión, la posibilidad de que se puede cambiar el mundo con aquello que se cuenta.
Riesgos se corren muchos con esta premisa, y eso lo dejan entrever en más de uno de esos eternos y complicados diálogos que aparecen en sus capítulos.
En este sentido, debo hacer mención a dos de ellos, uno en el que narran cómo se llegó a publicar la noticia de la muerte de Bin Laden, patriótico, sí; pero exquisito. Y otro, en el que la veracidad y credibilidad del periodista está por encima de anuncios, primicias y todo lo demás. Y con esto me quedo; porque a veces son muchos, los que especulan y juegan con lo que se cuenta. Y señores, la verdad, la auténtica, no la que nos interesa; sólo tiene un camino.