La mala praxis siempre funciona cuando una persona anda por medio. Así ocurrió el pasado año con los bonos del comercio para las compras navideñas. Una manera de evitar acumular muchos descuentos, para encima presumir de la compra de un bien de considerable valor, puede ser que haya un tope en el objeto a adquirir. Tener una horquilla de precios que marquen un máximo o mínimo, sobre ellos se aplicaría el descuento.
Coincidir con alguna oferta del comercio, algo así como los ocho días de oro del Corte Inglés, además de solicitar el número del carné de identidad de quien hace la compra. De esa manera se puede llegar a detectar si el ciudadano ha hecho uso de más de un bono, porque ha utilizado todos los DNI de la familia. No se puede castigar ni poner una lista en la puerta del Ayuntamiento con los nombres de los que se han saltado las normas; pero sí que se puede tener constancia de cómo se ha empleado el dinero municipal en cada comercio y si coincide una misma persona, en distintos lugares, ejerciendo su derecho al descuento.
Buscar la forma de que el descuento sea nominativo. Cada comercio entregue al Ayuntamiento el nombre de sus clientes. Ejercer un control que garantice en buena medida que la ventaja a la hora de pagar el artículo se extienda al mayor número de ciudadanos. No es fácil la labor que se propone desde estas líneas, pero se puede hacer. Y ese pequeño porcentaje de abusadores que siempre van a tener una rendija por donde colarse; durante tres años, o el tiempo que se considere conveniente van lo últimos de la lista en las peticiones, a un lugar donde no va a ser posible que alcance los fondos. La única manera de poderlos escarmentar.
Son unos pocos de miles los que tiene acceso al bono, pero si realmente se quiere, es posible poderlo controlar. Poner en la casa de la juventud, después de la Navidad, un aula donde jóvenes voluntarios puedan tener acceso a esta información y puedan determinar las preferencias del comercio, o simplemente ver la transparencia con la que se abona el dinero de todos para el comercio de todos. Es muy complejo, pero no imposible.