En Antequera por la mañana conocimos la noticia, que te habías ido, sí, tú, Juan Luis Moreno, te fuiste sin armar ruido, como ha sido tu vida entre nosotros, pero con unas ganas de vivir enorme, con unas ganas de vivir… la vida entre los tuyos, a los que amabas, a tus familiares y a tus amigos, con una grandeza que si era grande de cuerpo más grande eras de corazón, si con un corazón tan grande, que no te cabía en el pecho, un corazón fuerte lleno de vida, un corazón hoy roto, por la desgracia, pero vivo entre nosotros y latiendo con fuerza, porque Juan Luis, tú siempre seguirás viviendo entre nosotros, «mientras no te olvidemos», fuiste amigos de tus amigos.
Te fuiste en una mañana de agosto y el cielo queriéndote acompañar en tu sufrimiento dejó caer la lluvia, pero no fue una lluvia aplacible, fue una lluvia caída con rabia con llanto, por tu pérdida, por tu marcha, uniéndose al sentir de este pueblo, Antequera, que te quiso tanto y tanto te amó y tú se lo devolviste generosamente, en tu corta vida, pero fructífera e intensa.
Fuiste hermano en el Mayor Dolor, siempre apoyando las causas nobles de la hermandad, y ayudando a los más desfavorecidos, algunas veces con las Hermanitas de los Pobres y otras callado que tú y sólo tú y Dios lo sabe y qué decir de tu balonmano, sentimiento antequerano, siempre en la lucha con lo que más te gustaba el deporte base, con «tus niños» los de todos los antequeranos y también con los propios, fuiste un gran padre, ellos te recordarán siempre, y siempre vivirás entre ellos en su pensamiento y el de todos los antequeranos, porque fuiste una persona buena, con sus virtudes y sus defectos como todos, pero al fin una persona elegante, bonachón y a la vez sencilla que te hacía querer por los propios y extraños. Nunca te olvidaremos «amigo».
Querido Juan Luis Moreno, Dios te bendiga y te conceda la paz eterna. Amén.
ANTONIO MURIEL GARCÍA
