Desconfío de MK2 la compradora de Cinesur que sale de su área parisina y se viene a España. Según su jefe lo hace para traernos, cito textualmente, “su concepto de cultura de cine, versión original, cine de autor y como guinda, la colaboración con asociaciones culturales”.
Para empezar cierran salas, cines, La Verónica uno de los elegidos. Y eso que dicen los MK2 que lo hacen sin ver solamente la oportunidad capitalista. ¡¡Estos gabachos!! Qué cara más dura y lo bien que quedan en los titulares.
Después de esto indican subrayando que ampliarán la red de cines.
No lo entiendo. ¿Abro pero cierro? Me lo expliquen.
¿Saben cuál es el factor decisivo en este jolgorio? El dinero y la oferta. Lo primero ya lo suponíamos.
Cuando algo en manos de grandes poderes económicos no genera beneficios ¡zas!, guillotina. Superioridad de consumo.
Así que tenemos un melodrama o una tragedia, elijan.
Imágenes desastrosas, sin efectos especiales, sin banda sonora. Mudas, vacías.
Nos cierran las emociones en pantalla, las lágrimas de acero y magnolias, nos impiden el acceso a las risas entre pasillos, la ilusión de unas horas a la semana. Nos dejan sin las vivencias de amores apasionados, de aventuras nevadas del Kilimanjaro. Nos condenan a no vivir miedos oscuros, en pantalla grande. Nos repudian como espectadores y eso que estamos dispuestos a luchar como gladiadores en la arena o a sortear balas perdidas, en una guerra sin cuartel. No saben del poder de la imaginación.
Nos dejan sin vértigo de butaca, sin colas de ventanillas, sin estrenos esperados, sin besos inmortales, sin historias para ver.
Nos impiden soñar en celuloide, en recordar cómo el fuego puede consumir el cuerpo o cómo una nave espacial nos transporta más allá de la utopía, porque siempre existe un crimen perfecto.
¿Será esto el futuro perdido?, ¿qué pode
mos hacer para que el viento no se lo lleve? ¿Encontraremos nuevas fórmulas, para que una de mis palabras con alma, CINE, no desaparezca?