A menos de mitad de mes de diciembre, ya muchos de nosotros estamos hasta arriba de comidas de Navidad. Reuniones de todos los tipos de asociaciones, grupos, empresas, familias, … Se asocia el celebrar con el abuso de comida y bebida, en la mayoría de los casos con alcohol. Cuando se dice que todo el mundo bebe en esas celebraciones, evidentemente no es verdad. Hay muchas personas que no beben, pero las que sí lo hacen se justifican aduciendo que es lo normal y que es lo que hace todo el mundo. Y es que ni es bueno abusar de la comida ni es bueno creerse que para celebrar la Navidad o cualquier festividad es preciso beber alcohol.El alcohol es la más potente y peligrosa de las drogas que hay a nuestro alcance y desgraciadamente está a la mano de cualquiera por su bajo coste. El empleo social que se da de ella la ha convertido en el compañero indispensable de salidas y reuniones haciendo de su uso una condición indispensable hasta el punto de no entender porqué alguien no bebe y tenga hasta que explicar sus motivos, que no son convincentes diga lo que diga.
La presión social que se ejerce es demasiado fuerte y en la juventud aún más, lo que hace que no sólo su uso, sino también su abuso y adicción estén cada vez más extendidos. Y además es la droga de acceso a todas las demás con el alto riesgo que esto supone. Para poder revertir la gran influencia que la cultura del alcohol ejerce en la sociedad es importante que nos planteemos si de verdad necesitamos de este medio para divertirnos, si la respuesta es sí el cuestionamiento posterior ya nos da la respuesta sobre si la relación que tenemos con el alcohol es sana o no. Y por otro lado cada vez es más importante disfrutar de actividades de ocio ajenas al uso del alcohol y transmitir a los más jóvenes la gran diversidad de actividades que pueden realizae, abriéndoles el abanico y fomentando otro tipo de tiempo libre. Tiempo libre de alcohol y otras drogas como en la San Silvestre que este año celebra la decimosegunda edición y en la que os esperamos a todos para despedir el año como se merece, con diversión, con familia y amigos y sin alcohol ni otras drogas. Si quieres emociones fuertes, ven a celebrar la vida y a correr por las calles.
