Actúan los políticos cuando piden el voto a los electores. Sonrisas de oreja a oreja, palmaditas en la espalda simulando comprensión y se detienen un segundo para mirar, con mal disimulada simpatía, a su posible presa pensando en su interior ¡otro que ha caído!Y es posible que acierte en el veredicto porque el abanico que presenta las distintas opciones no da lugar a equivocaciones probables.
No es posible quedarse con un poquito de cada programa. O todo o nada. Y nada es lo que estamos contemplando. ¿Quién explica con claridad sus luces y sombras? Parecen que andan bien tensados para evitar que se les pueda escapar la letra pequeña que dé al traste con el triunfo. Lo que la gente quiere oír, pensar, tener. Generan aplausos colectivos sin saber a ciencia cierta cuantos deseos se verán cumplidos.
El presidente es un ilusionista que tiene a su público embobado, tanto, que hasta él mismo se asombra de los adictos que se van sumando a su causa. No hay nada que le detenga de llegar el primero a la meta a pesar de las declaraciones que ha hecho Miguel Iceta, también socialista, y hasta donde sabemos, de acuerdo con la dirección de Madrid. Este político parece haber olvidado todas las brillantes ideas pacificadoras y unionistas del territorio español, y también que el treinta y cinco por ciento de los catalanes están de más.
Que la puertas hacia la independencia se pueden abrir, y lo que es más grave, se presenta por un partido constitucionalista.Estas declaraciones cercanas a los comicios electorales, tan oportunas para el tema catalán y pensando en el juicio que tienen abierto sus dirigentes, conduce a la reflexión de lo que puede ocurrir en un futuro próximo. ¿Qué le dará Pedro Sánchez a cambio de sus apoyos? Sinceramente cuesta admitir que no haya sido obligado a dejar el cargo por sus declaraciones tan incendiarias.
Y a pesar de ello hay que agradecerle, de alguna manera, que haya hablado en voz alta, que se enteren los socialistas extremeños, andaluces, aragoneses y manchegos, y toda España, que quienes andan dispuestos a tensar las cuerdas están entre sus filas. Gravedad no le falta al asunto, otra cosa es la respuesta que se le dé.