De sobra es conocido que estamos atravesando una de las etapas en la historia de la humanidad donde el desarrollo de la actividad productiva para el sustento del individuo lleva asociado una gran dosis de sedentarismo. El trabajo, para quien tiene la suerte de poseerlo, cada vez está más vinculado a la permanencia en entornos cerrados donde el movimiento del cuerpo escasea y en los que quien más se mueve es el cerebro. Oficios altamente relacionados con el uso de ordenadores y gran parte de nuestros ocios asociados a la vida hogareña cuya quietud viene marcada por internet o la televisión y su enorme carga de “inmovilismo on line”.
Así van pasando los años; así vendrán llegando los nuevos tiempos para los que nos vienen detrás. Palabras como obesidad, colesterol, estrés o hipertensión ya son algo usual en nuestras vidas y en nuestro vocabulario. Es curioso, son esos mismos medios de comunicación que requieren inactividad en su uso los que nos informan del peligro que existe por la pasividad.El camino tan asociado a la obra machadiana, nos invita a encontrar nuevos horizontes, nuevas gentes y otras formas de atisbar solución a los problemas de cada día. Paseos urbanos o en plena naturaleza por suerte son cada vez más habituales en nuestras vidas porque la población es consciente de que salud y sosiego son enemigas desde que nacieron.
Ahora, con tantas elecciones en ciernes, puede que sea el mejor momento de reivindicar caminos y como no, de hacer que los que pretenden gobernarnos a través de nuestro voto, tengan como uno de sus objetivos más firmes la creación y adecentamiento de espacios urbanos o naturales perfectamente habilitados para su disfrute. Antequera, como tantas otras ciudades de nuestro país, tiene un enorme reto ante sí y no es otro que evitar los riesgos que existen en muchas de las zonas usadas por las personas para evitar ese sedentarismo que tanto daño está generando. Pocas cosas pasan para los trances que vemos en la actualidad cuando se conjuga caminante y conductor en una misma ruta.
Así pues, parece la mejor hora para planificar y establecer propuestas serias con proyectos que den respuesta a las actuales necesidades de ejercicio que complementen tanta inactividad. Con paso firme, que no hay solo camino. Caminos de salud que siempre se hacen al andar y que pasan por ser una de las mejores alternativas a la referida pasividad de nuestro quehacer diario.