La discapacidad, según el diccionario de la lengua, es una deficiencia mental, física… Hay muchos tipos de discapacidad, por ejemplo, a las personas que les han tenido que amputar una pierna, o un brazo, tienen una serie de dificultades que no les permiten hacer cosas que a nosotros nos parecen obvias.
Siempre he pensado que las personas discapacitadas son iguales que nosotros: son personas, como nosotros y no me parece bien que alguna gente se meta con ellas.
Ellos han vivido cosas que a nosotros no se nos han pasado nunca por la cabeza. De ellos podemos aprender cosas nuevas. Mi colegio, año a año, va obteniendo gran número de niños autistas, con Síndrome de Down… La dirección de mi colegio tiene el objetivo de enseñar a todos los alumnos del centro que todas las personas, sean discapacitadas o no, tienen los mismos derechos.
Tiene una serie de maestros y maestras que ayudan específicamente a un alumno discapacitado; otras, como mis maestras Charo y Teresita, tienen algunas sesiones de apoyo en horario escolar. Pero el apoyo no lo tienen solo los alumnos discapacitados, también lo tienen las personas que no tienen una discapacidad, pero sí necesitan más ayuda a la hora de hacer la tarea y estudiar, y no me parece bien que insulten ni a los discapacitados, ni a los que necesitan apoyo sin tener discapacidad, solo por hacer cosas diferentes a las suyas.
Hace algunos años, un alumno discapacitado de mi colegio que es muy cariñoso, abrazó a un compañero mío de clase sin controlar su fuerza. Éste no midió el nivel de fuerza, él solo lo quería abrazar. Le hizo un poco de daño, pero mi compañero entendió su intención y no actuó mal con él, ni lo puso en un mal lugar. Esto fue, para mí y para otros compañeros y compañeras de clase, un ejemplo de lo que se debe hacer en un momento como ese.
El año pasado, en una charla que nos dio la Policía Nacional sobre el acoso escolar, nos explicaron que no se puede dejar apartado a un niño discapacitado solo por tener unas necesidades especiales.
En Cuarto de Primaria hicimos una yincana sobre la discapacidad. Nos pusieron a jugar al fútbol con un balón con cascabeles dentro y unos antifaces, como si no pudiéramos ver, también tuvimos que intentar explicar que nos dolía algo, sin poder hablar, y que los demás niños lo entendieran. Nos contaron algunas cosas sobre la discapacidad y nos pusieron en el lugar de las personas discapacitadas haciendo juegos, como lo expliqué antes.
En Antequera hay muchos centros de ayuda a discapacitados, como ADIPA, que hace que esas personas trabajen de jardineros y muchas más cosas.
Como antes dije, nosotros tenemos los mismos derechos que los discapacitados y ADIPA es un buen ejemplo.
Hace poco, nos visitaron algunas personas discapacitadas. Uno de ellos era un hombre ciego; él nos dijo que se fueran dos personas a su lado y que uno se tapara los ojos y otro lo guiara. Nos explicó que hay algunas personas que van guiando a los ciegos por la calle, otros, caminan con perros guía.
Hay otra asociación de discapacitados muy famosa en España. Se llama ONCE y significa “Organización Nacional de Ciegos Españoles”. La mayoría de los que trabajan, se dedican a repartir lotería.
En mi colegio, a los alumnos que tienen autismo, si les ocurre algo y no saben cómo manifestarlo, algunas profesoras llevan unas tarjetas en las que pone “Me duele la cabeza” o “Me duele la barriga”, y debajo tiene un dibujo que representa las posibles cosas que le pueden pasar. Hoy en día, en todo el mundo se realizan eventos para gente discapacitada, como desfiles, asociaciones e incluso hay equipos de fútbol de personas ciegas.
Este verano han sido los Juegos Paralímpicos en Río de Janeiro. Son como los Juegos Olímpicos normales, pero participa gente discapacitada. Hay pequeños cambios como en baloncesto o en tenis, que se juega en silla de ruedas. En conclusión, las personas discapacitadas son uno más, iguales que nosotros y tienen los mismos derechos. Lo podemos comprobar viendo que hay gente discapacitada haciendo pequeños trabajos.
