Cuando leo o veo algo relacionado con el trabajo que ha ocupado más de la mitad de mi existencia, me llena de satisfacción siempre que sean opiniones, afirmaciones o noticias veraces, coherentes y con fundamentos, en este caso no es así. Hace unos días visualicé una entrevista con el “sensei” (profesor) de la Escuela Municipal de Kárate y una alumna hablando sobre la fundación de una Asociación de Kárate.
En la entrevista se atribuía el título de “experta” en kárate a esta alumna, lo cual es totalmente incorrecto, y sin querer menospreciar ni herir a nadie, esta chica es cinto marrón de kárate, y no conozco a nadie que con un bagaje tan escaso sea “experto” en nada relacionado con las Artes Marciales, con el tiempo y mucho sacrificio seguro que lo conseguirá. En dicha entrevista afirmaban el profesor y la alumna de la Escuela Municipal que la asociación de kárate se había instituido con el sólo propósito de llevar a los alumnos a competir pues con ello se sentirían más motivados.
Señor profesor, ¿y a lo alumnos que no lleve a competir, cómo los motiva? Si para motivar a sus alumnos los tiene que llevar a competir, apaga y vámonos?… ¿no tiene usted otra fórmula? Yo tenía una media de 160 alumnos cuando era profesor de la Escuela Municipal de Kárate y nunca tuve que recurrir a la competición para motivar a mis alumnos.
Señor profesor, creo que ha perdido usted el rumbo, y ha perdido usted gran parte de la doctrina y filosofía del verdadero Kárate Tradicional que yo le enseñé, déjese de milongas y competiciones y enderece el rumbo practicando y enseñando verdadero kárate.
Señor profesor, recupere el cuaderno de bitácora y recuerde que el Karate con mayúsculas no es un deporte, es un arte marcial, guerrero, autodefensivo, castrense, con el sólo y único objetivo de crear personas de bien éticas y valientes, y déjese de mojigaterías y competiciones de tres al cuarto que sólo engordan a las federaciones. Le invito a usted y a todos los “expertos” a que se pasen por el Dojo del Gimnasio Torcal para que practiquen Kárate de verdad y recuerden cómo se combate al estilo tradicional, que seguro han olvidado.
