Cito textualmente: «2010, récord de muertes por violencia de género desde que se creó la igualdad».
Creo que Bibiana va a estudiar el porqué de estas trágicas consecuencias, esta mujer y sus ingentes ayudantes.
Por cierto, cuando vemos la cara de los ministros, nos preguntamos cuántos satélites giran a su alrededor. ¿Sobrarán algunos? ¿Coches oficiales? ¿Gastos?
Precisamente, en un acto oficial normalito, al que asistí hace poco, acudió una veintena de limusinas. Les puedo asegurar que las medidas de seguridad eran alarmantes, pero también les cuento que de esos macrocoches se bajaron personas que serán conocidas en sus casas y a la hora de comer, lo que pintaran allí me importa un pimiento, pero… los gastos, ¿quién los paga? Los de siempre, usted yo y los funcionarios, incluso con recorte de sueldo.
Pero éste es un tema peliagudo. Primero se les congela el salario, a los funcionarios me refiero, y luego, corte limpio sin sangre. ¡Qué listos! Todo un acierto imputable a… ¿sanidad?, ¿trabajo? ¿yomeloguisoyomelocomo?
El referente de la prensa extranjera como el no va más de la falta de control del gasto público tiene nombre propio: Francisco Granados. Sí, señores y señoras, es un hombre que tiene a su servicio tela de gente, se ve con este ejemplo documentado, que eso del recorte le está talmente ajeno a este hombre, consejero de Esperanza Aguirre, si querían un dato más.
Ver el rostro de una de las víctimas de Bhopal, despierta en mí instintos de lucha, y mira que nunca los tengo dormitando. 25.000 muertes quedan pagadas con dos años de cárcel pero como hay dinero de sobra para pagar la fianza e incluso la reclusión, los autores de este crimen quedan libres, en la calle, en sus mansiones estaría mejor dicho. Total, las víctimas, las que quedan vivas y los familiares de los muertos, porque no olvidemos que cuando mueren personas, 25.000, hay otras tantas familias destrozadas y esto suma una cantidad ingente de sufrimiento. Para más inri estas criaturas han esperado esta resolución 26 años. ¿Justicia?, ¿y qué será eso?
Lo de este hombre, Acebes, lo dejaré para otro día, porque, ¡menuda cara!
A estas alturas habrán observado que lo de señor o señora, sólo lo usaré con aquellos/ as que lo merezcan a mi criterio.
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