No nos lo imaginábamos ni en sueños. Estamos ante lo que parecía, hace apenas una semana, una película de ciencia ficción. Lo hemos contemplado, conforme iban transcurriendo fechas y los medios de comunicación nos contaban, como un simple resfriado, más tarde como una gripe un poco más severa, luego como un virus que mataba a gente mayor y enferma, y ahora ya sabemos que estamos ante algo desconocido, aún, y que se ha cobrado ya las vidas de casi 8.000 personas en todo el mundo –en España más de 500–, desde el pasado 31 de enero.
Nuestro país ha confinado a su población, como han hecho otros. Nos prohiben salir a la calle, con contadas excepciones, porque la forma y manera más eficaz de ralentizar la curva de contagios es cortar todo contacto entre humanos, y ya que nos lo creemos eso es lo que tenemos que hacer, a pies juntillas.No nos queda otra, y aún estamos en el inicio de la ascensión en el numero de contagios, o nos quedamos quietos en casa, o las posibilidades de que la carga viral que acumulemos aumente y acabemos postrados en la cama se multiplica por 4, cuando menos.
Agradezco a nuestros convecinos la ejemplaridad en el uso de nuestra sanidad, acudiendo al hospital sólo lo imprescindible, quedándose en casa y mostrando su agradecimiento a nuestra clase sanitaria desde sus ventanas y balcones. Esto nos da fuerza para seguir. Tomemos esto en SERIO, #quedatencasa, de esta SALIMOS si no SALIMOS, vendrán días muy duros. ¡Gracias, siempre!