Así hemos acogido muchas personas la manifestación del día 27. Cuando estas líneas lleguen a manos del lector ya habrá pasado la concentración del Paseo Real, pero no, la desilusión de habernos quedado en casa porque la izquierda se ha arrogado el derecho a abanderarla.
Todos tenemos sensibilidad. Y el cambio climático nos preocupa y ocupa. Las siguientes generaciones tienen el derecho a recibir el planeta en iguales o mejores condiciones de las que nos los dejaron. Los indicadores nos dicen que la realidad puede ser bien distinta, y, como casi todo el mundo, en Antequera, el grito de protesta también es unánime.El día elegido, perfecto para una amplia participación. La semana laboral comienza a languidecer y coge el relevo el tiempo de ocio y descanso ¡qué mejor que reclamar juntos una nuevo amanecer para la tierra! ¿Y la hora?
Preciosa. Cuando el crepúsculo vespertino nos acompaña en el horizonte. Pero no así las voluntades. La lucha es por el clima y de ninguna manera por las clases, y, sinceramente si se parte del lema “Juntos Podemos Cambiarlo”. ¿Porqué tanto empeño en llamar la atención sobre las siglas en las que se refugia cada cual?A la manifestación no le hacen falta pancartas partidistas. Son cartones pintados que están mal vistos porque gustan de hacer separaciones. Se necesita toda la ciudadanía de Antequera, los del centro, barrios, anejos, vega, y todos cuantos puedan sumar. Se trata de unir y no despedir.
Corazones y razones juntas y dejen la propaganda para la política, que ésta bien que se sirve de ella y , fíjense en lo mal que le va. Y no pongan cortapisas a la gente anónima, que es la que hace que el día a día funcione. Niños y mayores, medianos, mujeres y hombres que sienten la necesidad de estar en ese maravilloso parque en silencio, comprometidos a aportar su grano de arena en esta causa difícil e ilusionante. Sentimos no acudir y las fotos públicas dirán que sólo a unos cuantos de izquierdas les interesa. Nada más lejos de la realidad. El respeto implica tomar decisiones poco apetecibles.