Queridos alumnos, buenos días. ¿Cómo os ha ido el fin de semana? Espero, de corazón, lo hayáis pasado bien tanto con vuestra familia como con vuestros amigos, y que hayáis aprovechado el tiempo.
“Don Carlos, buenos días igualmente. Tenemos una pregunta, ¿qué está pasando en España?”. Es una situación muy difícil, pero trataré de ser muy breve, para que todos nos entendamos. Tuve la oportunidad de estudiar porque mi padre, que era todo un caballero, de los que no existen, me enseñó a entender que la formación y el conocimiento era lo más importante.
Pude estudiar en una de las muchas universidades que se empezaron a crear en España para que la formación superior llegara a todo el pueblo y los más jóvenes tuvieran otras expectativas laborales. Eran los años 90. Hoy aquellos jóvenes la gran mayoría tuvimos suerte y oportunidades y estamos trabajando. Pero los 90 también trajeron el mayor suicidio para España: recalificación del suelo, enriquecimiento de los promotores y grupos de inmobiliarias y, en toda la década, la reconversión de empresas públicas en privadas para así colocar a una gran cantidad de amiguetes y gentes sin escrúpulos en los Consejos de Administración.
Los promotores y constructores se enriquecieron, principalmente las Cajas de Ahorros concedieron préstamos a diestro y siniestro y España se vio con una población joven endeudada de por vida. España era toda una fiesta en la élite, toda una orgía en bancos y en cajas y en empresas que surgieron para colocarse entre las primeras de Europa.
Empezaron a surgir universidades, algún día sabremos de dónde ha salido tanto edificio, y entenderemos el nivel de vida alcanzado por unos pocos. Ahora nos estamos encontrando con buena parte de la cosecha de cuanto sembramos en aquella época. La corrupción está echando olores insoportables, poniendo sobre el mantel que tanto progreso y tanto lujo que entonces hubo venía de enormes prácticas ilícitas.
A los jóvenes se les ha dicho que se vayan fuera que había que aprender inglés, en algunos colegios se les anima a aprender chino, y mientras España dando a conocer las conversaciones de cretinos, altos mandatarios, que no tienen pudor ante nada ni nadie.
Comencemos la clase, la falta de moralidad de quienes nos robaron no nos van a quitar las ganas de seguir trabajando.
