Este deporte es el único que ha capturado mi interés desde siempre y lo practiqué a lo largo de ocho años hasta que, por desgracia, tuve que dejarlo por motivos personales.
Hace un año y medio tuve la oportunidad de volver a la Escuela Municipal de Kárate de Antequera, donde volví a encontrarme con el sensei José Manuel Ruiz. Fue entonces cuando comenzó mi nueva andadura en el mundo de las artes marciales.
Desde que retomé este precioso deporte he tenido la suerte de conocer a los compañeros con los que entreno semanalmente y que se esfuerzan día a día por conseguir superarse a sí mismos, al igual que yo. También he tenido la suerte de volver a entrenar con nuestro sensei que es un hombre lleno de entusiasmo, paciencia, profesionalidad, constancia y honradez.
Siempre consigue que los alumnos mantengamos viva la ilusión de aprender y nos contagia de su pasión por el Kárate, deporte que ha practicado desde muy joven y cuyo fructífero recorrido le ha llevado a conseguir el tercer dan, entre otros títulos.
Es realmente importante que un profesor tenga la cualificación necesaria para impartir una clase, pero es para mí aún más importante el valor que un profesor les concede a sus alumnos y nuestro sensei posee ambas cualidades.
Esta pequeña carta es mi modo de agradecer a la Escuela Municipal de Kárate de Antequera y en especial a mi sensei, José Manuel Ruiz, su dedicación entregada a este deporte. Gracias, sensei, por hacer que sienta la ilusión de superarme día a día, por hacer que sea capaz de olvidar los problemas mundanos cuando estamos entrenando, por enseñarnos que el Kárate es un arte que prodiga una lucha llena de respeto en la que no tienen cabida los insultos ni las rivalidades. “OOSSS”.