Importante es desmantelar ciertas falsas creencias relacionadas con la psicología que impiden a algunas personas, pedir ayuda profesional aún cuando les es muy necesaria. La Psicología es la ciencia de la salud que utiliza el método científico para avanzar en la comprensión y el estudio del comportamiento humano, tanto en su desarrollo normal como en su desarrollo patológico.
La OMS define la salud como un estado de bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad. Aun teniendo el peso que tiene en nuestra salud general nuestra salud mental, la decisión de ir al psicólogo/a presenta muchas barreras sustentadas por creencias erróneas, algunas de las cuales, citaré a continuación:
“Si voy al psicólogo es porque estoy loco”. Nada más lejos de la realidad. Al psicólogo se va por muchos motivos, incluso hay gente que acude sin sentir malestar alguno, sólo porque sienten que hay algo en sus vidas que no va del todo bien. Podríamos decir que la psicología pretende ayudar a las personas a manejar su vida de un modo eficaz.
“Si voy al psicólogo es porque soy débil”. No es signo de debilidad, es saber utilizar los recursos disponibles, por tanto, es signo de inteligencia.
“Mi problema no es importante, el tiempo lo curará”. Esta creencia es un reflejo de la poca sensibilidad que tenemos hacia la salud mental y su repercusión sobre la calidad de vida. Además, el tiempo nada cura.
“Para ir a que me den consejos ya tengo a mis amigos”. Los amigos nos proporcionan un insustituible apoyo emocional pero no son personas cualificadas. Además, el psicólogo no da consejos, indaga a través de preguntas y nos dota de recursos de afrontamiento de la vida.
“¿Y si me encuentro a algún conocido en la sala de espera?”. Este miedo es resultado de las anteriores creencias. Ninguna vergüenza deberíamos sentir por cuidar nuestra salud. No obstante, los psicólogos intentan salvaguardar siempre nuestra intimidad.