Demasiado silencio hay tras los últimos calificativos de Ángela Rodríguez Pan hacia los hombres. Se sabe que puede hacer y decir lo que quiera porque es intocable para la ministra Montero, pero no se debería dejar de pasar las gruesas palabras que le dirige al colectivo masculino, ni frivolizar con las reducciones de penas, ni hablar con tanto desprecio de las “oleadas” de violadores que hay en la calle.
La ironía no es el mejor modo para resolver una complicada situación, menos, las pancartas y cánticos que acompañaban a algunas manifestaciones por el día de la mujer. Es un insulto para muchas mujeres que no vemos un violador en cada esquina. Conscientes de que los hay y pueden hacer mucho daño, pero la justicia y las leyes hechas con rigor se encargarán de darle su merecido. El hombre es un complemento esencial para la mujer, probablemente con una distinta psicología, percepción del mundo y, quizá, algunas reminiscencias de sobrevaloración, pero lleva mucho tiempo trabajando para acoger y admitir a la mujer en igualdad de condiciones. Ha tenido que replegarse para ceder espacio a la mujer que lo venía exigiendo, no sólo por su género, también por su preparación y papel que hoy desempeña en la sociedad.
Las mujeres tenemos esposos, hijos, hermanos, primos, amigos, y nos duele que se apliquen esas calificaciones de una manera tan osada y con tanta frescura. No pasa nada. Es posible que el Gobierno se encuentre inmerso en otros problemas de calado que afecta al conjunto de la ciudadanía. Pero también se le podría pedir que ese tiempo innecesario e infructuoso que va a dedicar a la descabellada moción de censura, pudiera emplearlo para pararle los pies a la Secretaria de Estado de Igualdad que tanto daño esta esparciendo y son conocedores de ello.
Este país está lleno de mujeres jóvenes, feministas, con gran interés por la política, desarrollando una gran capacidad de trabajo, con proyectos de vida muy bien definidos y militan en partidos de izquierdas y de derechas, no se sienten amenazadas por sus compañeros y, mucho menos, representadas por las políticas de la Secretaria de Estado.