lunes 25 noviembre 2024
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Doce nueces y con bici al Torcal

Lo de las doce nueces, tal vez suene un poco extraño. Más adelante les explico; permítanme ahora les recuerde una actividad a la cual le dedico especial atención en los primeros días del año, esto es, comprobar el estado de forma y la capacidad física, una vez ingeridas las doce nueces. Para ello que mejor forma de hacerlo sino… pedaleando las duras rampas de acceso al Paraje El Torcal de Antequera, el día 1, con la bicicleta de carretera y el día 2 con la de montaña, terminando en una especial travesía a través de las Canteras del Mármol Rojo, Los Navazos y bajada por las Escaleruelas.

Que son uvas, sí, es la tradición, pero una vez recompuestas las dos piezas molares que andaban perdidas desde tiempos de la mili… pensé y decidí tomar doce nueces. ¡Claro que sin cáscara!

El último día del año día de San Silvestre… Inculto, agreste, rústico, a decir del significado, decidí que para comenzar el día lo mejor habría de ser echarle a los molares una anaranjada y hermosa zanahoria cruda, sin cáscara. Está buena, sí. Verán… con esto de las «delicatessen», se está llegando a creer que hay que comer sólo ¡lo que a mí me guste! Olvidándonos el muy principal principio que nos dice que hay que comer lo que nuestro organismo necesita. Sí… pero es que son días especiales, vale, por ello decidí comer ¡doce nueces!

Les completaré el menú de fin de año, desde la mañana. A continuación de la zanahoria tomé la correspondiente infusión calentita con miel de tomillo y polen, casi dos vasos de leche de soja endulzada con miel de tomillo, un mollete tostado, aceite de oliva y mermelada de frutas del bosque, tres nueces y una pera conferencia.

Como por fortuna, felizmente, contaba con el día libre me dispuse a pedalear unos 85 kilómetros, (Mollina, Alameda, Palenciana, Los Tejares de Benamejí y vuelta). Para el camino llevé y comí a modo de segundo desayuno, una clementina y un plátano.

Almuerzo: un primero, a base de ensalada de lechuga, tomate, zanahoria, aguacate, ajo, aceitunas, pimiento, cebolla, aceite de oliva, orejones, palitos de suriny, algo de vinagre y muy poca sal. De segundo, trucha con jamón ibérico y sofrito de tomate, patata, pimiento y cebolla, algo de mayonesa casera y varios «complementos» más, tres nueces, tres trozos de chocolate con almendras, dos rodajas de salchichón ibérico, (cortadas perpendicularmente), el correspondiente de pan y una pera conferencia.

Un par de horas de siesta-lectura, («Los Asesinos del Emperador» de Santiago Posteguillo), otras tantas dedicadas a mecánicas, preparación y adecuación de las que habrían de soportar el pedaleo un año más hasta llevarme al Torcal…Otro ratillo dedicado con especial atención a la escritura de mi escueta Carta a los Reyes Magos y la Cena de Fin de año.

En casa. Sí. No me gusta que nadie decida por mí, cuando debo ir una noche de fiesta.

Cena: sopa de picadillo «casera», cinco castañas asadas, varios canapés volauvent rellenos de ensaladilla y gambas, DOCE NUECES, algo de turrón blando de almendra, macedonia de frutas con mango y plátano, tinto reserva y cuando llegaron los primeros segundos de 2012… doce uvas con cáscara, algo más de zumo de uvas exprimidas por el 2001. Y como la «caja tonta» no fue capaz de engancharme con ninguna de las muchas posibilidades que ofrecía… Un ratito más de lectura y me entregué al que los griegos llamaron Morfeo.

Y al año nuevo con bici al Torcal.

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