No pudo ser y se le apagó la luz a esa voz que durante más de tres décadas tomaba el pulso diario a los aconteceres de esta ciudad desde su atalaya de Radio Antequera. Triste coincidencia, pero fue la última semana de enero del pasado año cuando este semanario rememoraba su dilatada trayectoria profesional y también que vuelva a ser la última semana de este sombrío enero la de recoger la penosa noticia de su fallecimiento.
Miguel, que también fue colaborador de El Sol de Antequera en numerosas ocasiones firmando bajo el pseudónimo Dumbo, supo aunar como nadie los aspectos informativos y más noticiables que se iban sucediendo junto a aquellos otros que debían significar el acompañamiento radiofónico de muchos hogares y negocios hasta las tres de la tarde.
Con la ironía de sus “Pinceladas del día” y su personalidad de compromiso al medio, fue un auténtico “maestro” de las ondas para quienes le siguieron y así quedó reflejado en el emotivo programa que Onda Cero Antequera le dedicó reuniendo en la misma mesa a la que fueran sus compañeras: Meli Pérez, Rosario Martínez o Rosa María Mateo además del técnico Pepe Ruiz. Un programa en el que el director de este semanario y quien suscribe pudimos participar hablando de nuestros recuerdos con aquel hombre culto que tanto amaba la cocina como devorar libros o escuchar música.
Hay que reseñar que a través de Antonio Guerrero y Fran Pedrosa, representando a los dos medios en los que colaboró, empezamos a promover la posibilidad de grabar algunas de sus “pinceladas” y entrevistarle con el objetivo de inmortalizar su “diamantina voz”. Se pretendía por una parte dejar constancia de ella gracias al fenómeno del “streaming” y por otro lado mostrar a la audiencia más joven de Onda Cero quién y cómo era el personaje que marcó una etapa irrepetible en nuestra reciente historia.
Fue imposible, a poco vino el confinamiento y luego también el peso de sus 88 años mermando cualquier atisbo de oportunidad. No llegamos a tiempo porque el reconocimiento a este LOCUTOR, en mayúsculas, ya su trabajo tal vez debió llegar algunos años antes.
Terminaba aquel artículo hace un año reflejando que la gratitud, siempre es la memoria del corazón y por ello deseo acabar reseñando que la memoria de quienes le conocimos o trabajamos cerca de él, no puede en este momento hacer otra cosa que trasladarle su mujer y a sus hijos que nuestro agradecido corazón siempre estará con ellos. Descanse en Paz, Miguel Martín Romero.