Asaja Málaga denuncia la instalación de 60 zonas de vertidos, que ocuparán 2.896.653 metros cuadrados y que quedarán cubiertos por una capa de 4 metros de espesor medio de material de desecho
De la superficie que se quiere expropiar, el 99 por ciento son tierras de cultivo y de ésas, el 44,55 por ciento corresponden a olivar. Ahora, Fomento pretende convertir esta zona tan productiva en la que los agricultores han invertido importantes sumas para ser competitivos en un mercado cada vez más difícil en un vertedero. Donde antes había olivos ahora habrá desechos de material de construcción.
Semejante despropósito va unido a otro de igual calado. Como se sabe, esta zona en la que se proyecta la construcción del anillo se caracteriza por su alto riesgo de inundabilidad. Para evitar los encharcamientos en la vía de ensayos se pretende sobreelevar el trazado del anillo un mínimo de tres metros de media sobre la cota del suelo. Esos tres metros de altura media habrá que rellenarlos con un material adecuado, que se extraerá, según el proyecto, de 21 zonas de préstamos. Así, el volumen de préstamo necesario es de 7.093.192 metros cúbicos. Para hacerse una idea de la magnitud del impacto medioambiental que estos trabajos de extracción tendrán sobre el medio físico, los técnicos que han elaborado el informe para Asaja Málaga aseguran que esta cantidad es igual al volumen anual de producción de 35 canteras de tamaño medio. Una barbaridad más.
Otro gran problema será la conducción de las aguas de escorrentía. Tradicionalmente se ha establecido un equilibrio entre las zonas encharcables y los tipos de cultivos, a veces de una forma natural, evitando el aprovechamiento agrícola en esas zonas, y otras forzando el desagüe con obras de drenaje. Pero ahora, al discurrir el anillo a un mínimo de tres metros de altura sobre el suelo, será preciso reconducir las aguas de escorrentías para proteger la infraestructura por lo que se producirán encharcamientos en lugares en los que actualmente no se producen. «Este hecho obligará a modificar las zonas de cultivos, ya que hará impracticables los cultivos hortícolas en lugares tradicionalmente favorables. El olivar también se verá especialmente afectado por las nuevas zonas de encharcamientos y se perderá la totalidad de los árboles.
Conforme más se estudia el proyecto elaborado por ADIF y Fomento más disparates aparecen. El estudio de base es en sí un error. De hecho, la Junta de Andalucía ha clasificado la Vega de Antequera como Paisaje Agrario Singular dentro del Plan Especial de Protección del Medio Físico de la Provincia de Málaga. De igual manera, en este plan de protección se encuentra incluida la Sierra de Humilladero como Complejo Serrano de Interés Ambiental.
Sin embargo, en el estudio sobre el que se asienta el proyecto aparecen literalmente algunos dislates que no se comprenden. A continuación se exponen algunos de ellos:
«Aparece labor extensiva en parcelas de suelo pobre o abandonadas, en las que se obtiene una cosecha cada cuatro años o más». (Esto no ha existido nunca).
«Existen zonas de frutales de regadío ocupadas principalmente por manzanos y perales y zona con frutales donde se cultivan almendros». (Hace más de 25 años que se arrancaron los últimos frutales de regadío).
«La labor intensiva de barbecho blanco se asienta sobre suelos de poca calidad o en fincas deficientemente explotadas». (Hasta la propia Unión Europea reconoce desde hace cerca de 20 años que el barbecho blanco no se realiza en la Comarca de Antequera).
«El pasto que crece en los años sin cultivo se aprovecha para el ganado ovino durante todo el año. La carga ganadera puede ser de 1cabeza/hectárea de ovino». (En la zona afectada apenas hay ovejas).
Éstas y otras muchas perlas se pueden encontrar a lo largo de todo el estudio sobre el que ADIF basa su vía de ensayos. Así, no es de extrañar que el Ministerio de Fomento considere que la Comarca de Antequera sea el lugar idóneo para instalar 60 vertederos. La Administración tiene que buscar en España un terreno como el que se describe en ese estudio, pero lo que está claro es que el que se describe no se corresponde con la realidad de la Comarca de Antequera.
Ante este cúmulo de despropósitos, Asaja Málaga confía en que las autoridades reconsideren la posibilidad de implantar este anillo ferroviario en otro lugar en el que verdaderamente genere progreso. En la Comarca de Antequera tan sólo traerá daños irreversibles e irreparables.
Asimismo, Asaja Málaga apela al sentido común y considera absolutamente necesario que las autoridades competentes encarguen un nuevo estudio en el que se evidencien, de forma real y objetiva, los daños que esta infraestructura ocasionará.
?
CARLOS BLÁZQUEZ, secretario general de ASAJA MÁLAGA