Era extremadamente quisquilloso, exageradamente pequeño, bueno hasta que llegaron los dueños del edificio acompañados de la ley y tuvieron que hacer una cabina de seguridad. Pero conservando su esencia pues le permitieron quedarse con un herraje antiguo en el dintel de la puerta. Cuántas veces había visto el ascensor guardar en su interior besos robado a un chasquido de luz en un tic tac de reloj de esfera. Pensamientos furtivos transgresores, acomodados y acomodaticios, e incluso pensamientos vacíos que eran los más difíciles de soportar por su naturaleza hueca.
Tenía aquel ascensor olfato de detective, reconocía a un intruso enseguida y hacia un retrato robot que guardaba en su memoria electrónica. En algunos días ha echado de menos un libro de reclamaciones para exigir un trato más justo, una limpieza más exhaustiva, unos botones más niquelados y un respeto a su capacidad de carga.
Lo que ha oído el ascensor. Mentiras, bulos, medias verdades, critiqueos de telebasura, chismorreos y silencios incómodos. Aunque en estos días la cosa ha cambiado un poco. Ha dejado de ver al doctor Martínez que siempre venía a la consulta corriendo y casi sin haberse afeitado o a la hija de la vecina del quinto que algunas veces se arregla el maquillaje en la pared de espejos de la cabina cuando venia del gimnasio por no hablar de los clientes del bufete de abogados que despotrican una barbaridad de la minuta. o de su fastidioso jefe, ve pacientes.
De hecho ahora no ve a casi nadie sube y baja medio vacío o vacío del todo. También tendría que reclamar esto porque ahora está muy aburrido. Por cierto ¿ qué habrá sido de los hermanos del tercero aquellos que siempre andaban a la gresca por las chucherías? Sorpresivamente se ha hecho amigo del perro de segundo que se llama Bruno y es perezoso y holgazán, pero a falta de pan, buenos son chuchos. Pero no habla mucho así que está a cero de noticias, ni conversaciones de móviles oye. Pero como a observador no hay quien le gane sí que ha visto caras con mascarillas y manos enguantadas pulsando botones. Debe ser una nueva moda.